Vida y Entretenimiento

Al borde del divorcio…

Tras largas horas de plática, mi amiga me dijo llorando que ya no podía más que estaba dispuesta a perder su matrimonio y le pediría el divorcio a su marido. Debo admitir que me sorprendió, ya que es un matrimonio de más de 20 años y ya habían pasado de todo, pero no pensé que las cosas estuvieran así de mal, como para que ella quisiera tomar esa decisión.

Uno suele pensar que el amor puede solucionar todo, pero la gente cambia y muchas veces aunque aún hay amor, también hay diversos intereses, nuevos rumbos, otras simplemente decepciones una tras otra.

Y es cuando llega el tan famoso “tenemos que hablar”.

Ya no soy la misma de unos años para acá, ya no somos quiénes esperábamos ser. La desilusión toco a mi puerta, desde hace tiempo te veo distante y sin ánimo de volver a ser la persona de quien me enamore.

Por muchos años intente entender que no había demasiado tiempo para mí y la familia, sabía que el trabajo se necesitaba porque tú eras el único proveedor de la familia, intente comprender tu amargura, tu mal humor, tus frustraciones personales, tus tristezas y te acompañe en un largo camino más de 20 años. Ahora siento que somos dos seres completamente diferentes, siento que ya no tengo lugar en esta pareja.

Me siento cansada de luchar contra la marea. Te quiero pero yo me amo. No sé cuándo paso que deje de amarte con tanta intensidad, será que fue cuando elegías salir sin mí, cuando no escuchabas lo que yo quería o necesitaba de ti, cuando elegías romperme el corazón, o cuando te ponías siempre como prioridad.

Solo Dios sabe lo que luche por mantenerme de pie, quizá tú nunca te diste cuenta por que tus ojos no volteaban a verme, siempre había cosas más importantes que distraían tu mente. Sin embargo siempre estaba dispuesta a pesar de los problemas, hasta que un día me di cuenta que no quería aguantar tu mal humor, cuando todo lo que te decía te molestaba, cuando no sentía ni tu apoyo ni tu amor, cuando lo mío todo era poco e insignificante y todo eso me fue quitando la ilusión de envejecer a tu lado y cuidarnos mutuamente.

Sabes cuánto he luchado por mantenerme de pie, de jalar aire para respirar y hoy decido alejarme y tomar mucho de ese aire que me hace falta.

Sabes que me ha tomado más de la mitad de mi vida y que es muy difícil dejarte ir, ´pero lo hago por el bien de los dos, no quiero dañarte ni darte la oportunidad de que tú lo sigas haciendo conmigo.

Despertar duele.

Antes cuando el divorcio o la separación no se contemplaban en un matrimonio, las parejas duraban años. Nadie sabía lo que dentro de casa pasaba y en muchos hogares aprendían a vivir con el dolor del desamor.

Si te encuentras en la disyuntiva de luchar o bajar los brazos, puedes hacerte unas cuantas preguntas, todo esto para disipar las dudas que puedan surgir en este momento complicado de la vida.

¿Por qué quiero sepárame?

¿Qué es lo que en este momento salvaría mi relación?

¿Agotamos realmente toda la comunicación?

¿Nos dejamos en claro lo que nos molesta?

¿Contemplamos la terapia de pareja?

¿Sería más feliz sin mi pareja?

¿Aun siento amor?

Es uno de los momentos más difíciles en los que tienes que tomar decisiones importantes, como cuando estas al borde de la separación, porque la decisión que tomes afectará a toda tu familia. Que no te importe el qué dirán escucha tu corazón, pero no dejes de lado la intuición. Hazlo todo por el bienestar tuyo.

Nada como tener paz interior.

El amor no solo se construye, también debemos cuidarlo, así como cuidamos un coche, como cuidamos un trabajo o una prenda para que nos dure más, por que si maltratas una prenda, la arrastras y la pisas pronto dejará de darte el beneficio por el que la obtuviste.