El “Compadre Lolo” compartió la historia de la tienda Almacenes Chalita, fundada en 1956 en Matehuala, S. L. P. por Miguel Chalita Siade, y su expansión en la ciudad de San Luis Potosí.
En una entrevista reciente con el locutor José Paz Villanueva Contreras, el “Compadre Lolo” narró los orígenes de la tienda que revolucionó el comercio en Matehuala y la región, con recuerdos del ayer, en una transmisión de la estación Oye 105.5 FM, dentro del programa “Memorias de nuestra gente”, que se publica en Facebook y por sus diferentes plataformas.
La tienda comenzó en la esquina de Hidalgo y Julián de los Reyes, vendiendo ropa, calzado, sombreros y novedades, antes de ser el centro comercial más grande del norte de San Luis Potosí.
Aunque era un local pequeño siempre sus aparadores eran decorados de acuerdo con la temporada, por ejemplo, en Navidad, el Día de las Madres, las fiestas de Independencia, etc. Miguel Chalita Siade era muy visionario y había vivido en Estados Unidos, de donde trajo muchas ideas de los centros comerciales y le agregó algunas ideas locales que terminaron por atraer a los consumidores del norte de San Luis Potosí, sur de Nuevo León, de Tamaulipas, Coahuila y Zacatecas.
PRIMERA ETAPA DE CHALITA
En los años sesenta, se inició la primera etapa de Chalita donde es actualmente Bodega Aurrerá, en un terreno que ocupaba el Hotel El Nacional; luego creció al adquirir las oficinas de Telmex, llamada “la telefónica”.
Por dos años se mantuvo la tienda de Hidalgo y Julián de los Reyes, esperando que la nueva tienda captara clientes.
A Chalita “lo tachaban de loco”, al innovar el comercio con carritos de autoservicio, algunos de los comerciantes que tenían tiendas con mostradores, como Generoso Martínez, de la Nueva España, que después imitó el concepto con la tienda La Comercial; también Jacobo Cheja y Cruz Mendoza, entre otros.
En la nueva tienda introdujo abarrotes, frutas, peltre y loza; en 1972 también creó la mueblería en Colón e Hidalgo, donde se vendían roperos, colchones, camas y sillas; luego línea blanca, como refrigeradores, lavadoras, estufas y comedores.
En 1975 se cambiaron a un local enfrente de Chalita, donde ahora se encuentra la tienda Milano. La plática sobre Chalita se desenvuelve con soltura gracias al entusiasmo que despierta en el “Compadre Lolo”, quien se llama Teodoro Mendoza Peña y vive ahora en el Estado de México, a donde se trasladó cuando dejó de laborar en la tienda, luego de 20 años de servicio.
El “Compadre Lolo” fue un apodo que se ganó por parte del locutor Gilberto Briseño Guerrero “El Fósil”, de Nueva Rosita, Coahuila, voz oficial de los anuncios de Chalita y quien acudía a las fiestas de aniversario de la tienda
“LLÁMENME MIGUEL”
Uno de los recuerdos que tiene del dueño de Chalita es que le gustaba que le dijeran Miguel, pues era una persona muy sencilla que le gustaba compartir con sus empleados a veces cenas que preparaban en su casa, cuando los empleados se quedaban acomodando las mercancías por las noches en la temporada navideña.
La tienda llegó a tener entre 200 y 300 empleados y a veces se organizaban las fiestas familiares de Navidad en el Club de Leones. Para dar una imagen de modernidad, Almacenes Chalita compró anaqueles de marca JM Romo, de Aguascalientes, y de esa forma se le dio una planeación de la colocación de las mercancías.
Con la colocación de las mercancías se crearon encargados de los departamentos de la tienda, quienes se encargaban de hacer los pedidos a los agentes viajeros, sin necesidad de que el dueño interviniera, sino sólo para dar el visto bueno de las compras.
El “Compadre Lolo” era el gerente de la mueblería, su hermano Rubén Martínez Peña era el gerente general, Gloria Linares estaba en administración, Roberto González Leija, en departamento de ropa; Isidra Zavala “Chilita”, en telas; Víctor Eguía, en loza; Ramiro Ojeda, en abarrotes, y Enrique Verástegui, en frutería, entre otros.
En la mueblería, además colaboraban su compadre Goyito Robles Garay, Carlos Castañeda y Manuel Mendoza. Pero, sin duda, una de las más queridas compañeras de Chalita era Francisca Arredondo Moreno, llamada cariñosamente “Panchita”, encargada del departamento de discos.
Las últimas novedades de la música regional norteña se tocaban en la tienda, como los discos de Los Cadetes de Linares, Carlos y José, Poncho Villagómez y sus Coyotes de Río Bravo, Mundo Miranda, entre otros, quienes eran invitados a los aniversarios de Chalita.
Según el “Compadre Lolo”, el crecimiento fuerte de Chalita fue entre 1980 y 1995 que culminó con la apertura de la Mega Chalita ubicada cerca del arco norte de entrada a Matehuala, donde ahora es la tienda Walmart, además de la incursión en el mercado de la ciudad de San Luis Potosí; la primera tienda se ubicaba en Bravo y Escobedo.
“La tienda Chalita vino a revolucionar la vida (del consumidor) de Matehuala”, dijo el “Compadre Lolo”. El caso de Chalita demuestra que “en Matehuala se piensa en grande” y que despierta admiración de los visitantes al ver, por ejemplo, su catedral.
La historia de Chalita está ligada al progreso de los habitantes de la laboriosa ciudad de Matehuala, con su gente amable y hospitalaria.