La salida de la vía y el incendio de unas mercancías de 150 vagones cargado de sustancias peligrosas ha provocado la evacuación de un pueblo en Estados Unidos. Los vecinos han vuelto a sus casas
La noche del pasado 3 de febrero, un tren de la empres Norfolk Southern de unos 150 vagones con productos químicos altamente tóxicos descarriló a poco más de un kilometro de su casa. Desde entonces, los habitantes de East Palestine viven una película de terror.
Las imágenes del lugar del siniestro son apocalípticas y la lista de productos que transportaba el tren pone los pelos de pinta. Entre los toxicos liberados, algunos son solamente cancerígenos. Otros se utilizaban como un arma química en la primera guerra mundial.
El tren viajaba desde Madison hasta Conway, Pensilvania. Se hallaba cerca de su destino, pero las imágenes de cámaras de seguridad han mostrado que arrastraba problemas al menos desde Salem, unos 30 kilómetros antes, se ven chispas y llamas en la menos uno de los vagones.
El incendio provocó una nube tóxica. La mayor preocupación fue desde el principio el cloruro de vinilo, un producto cancerígeno, transportado en cinco vagones. Cuando arde, se descompone en cloruro de hidrógeno y fosgeno. El fosgeno es muy tóxico, provoca vómitos y problemas respiratorios y se utilizó mucho durante la primer guerra mundial como agente asfixiante, mientras que el cloruro de hidrógeno es irritante y corrosivo para cualquier tejido con el que entre en contacto.