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Las medallas falsas

No hay lugar en México, que sea la excepción; en cualquier parte de esta República existen y seguirán existiendo personajes talentosos en varias ramas, pero, estas líneas son para hablar de Justino Coronado, un hombre que nació atleta y que, como muchos otros talentos, han sufrido parar hacer eco en el mundo. Justino enfrenta uno de sus máximos retos en el deporte: un Mundial de Montaña en Austria, aunque quizá, ese no sea el mayor, detrás de ese lugar que se ganó a pulso, hay poca gente que lo impulsó, sobre todo económicamente. 

¿Por qué sufrir para llegar a este punto? Justino ha trabajado por mucho tiempo solo, en entrenamientos, en competencias, ha destacado por su fortaleza y por su disciplina, pero la pregunta es: ¿Por qué los apoyos se dan a los deportistas profesionales? A esos que pueden retribuir. 

¿Existen los apoyos? Puede ser que sí, sin embargo, no existe la confianza, los apoyos llegan cuando los deportistas ya sufrieron las de Caín, cuando fueron rechazados de “puertas grandes”, cuando ya son útiles para empresarios, para políticos. Aquí es cuando hay mayores posibilidades de recibir algo de capital. Mientras se sufre por llegar al éxito no hay quien de una palmada en la espalda y diga “Yo quiero apoyarte porque confío en ti”, más bien, las espaldas es lo que los talentos conocen a la perfección.

En la otra cara de la moneda están… los mismos personajes, los que, cuando ven medallas de oro, plata o bronce, se quieren colgar también una medallita llenándose la boca con palabras falsas de ánimo y con el clásico: “Nuestro talento”, así se quieren adueñar de los éxitos, gritan a los cuatro vientos que “apoyan”, felicitan, se cuelgan del trabajo que los deportistas hicieron sin ayuda de nadie, o de pocos, y presumen en sus redes sociales una foto de la persona para quien, en algún momento, no tuvieron tiempo.

Señores, a quienes les quede el saco: pónganselo, bien puesto y cuando regrese Justino Coronado de Austria, bájenle a la hipocresía y no presuman lo que no ofrecen, no lo feliciten por su viaje, porque en el viacrucis que pasó, ni un “Buenos días, Justino” publicaron, desde hace mucho era sabido que por allá en la sierra de Catorce había un hombre con varias victorias en el atletismo, un muchacho que ganó el segundo lugar en el duro Trail Mágico de Real de Catorce, un muchacho que ha competido contra la fuerza de kenianos, así que, esos que se van a poner el saco: las felicitaciones por redes sociales no aportan al deporte, Justino estará atento a sus llamados para recibir patrocinios, becas y toda clase de beneficios. Una foto con felicitaciones pasa, se olvida, pero una aportación que lo patrocine, será de mucha ayuda. No se cuelguen medallas falsas. ¡Ay les encargo!