En muchos sectores políticos, e incluso científicos, se postula que la manera idónea de criar a un niño es la familia clásica, compuesta por un padre y una madre heterosexuales, sin embargo, ¿hasta qué punto el desarrollo de un niño se verá resentido si no crece en el seno de una familia aparentemente ideal?
Judith Rich Harris estudió a diversas familias que, en California, a mediados de los años setenta, se agrupaban con formas de convivencia inhabituales, algunas vivían en comunidades, otras eran parejas abiertas, etc, su conclusión fue que los niños eran tan inteligentes, sanos y emocionalmente equilibrados como los niños criados en hogares convencionales.
Hay muchos estudios que analizan el impacto del desarrollo infantil de los niños criados en hogares con dos mamás o dos papás, una investigación del The New England Journal of Medicine reporta que no hay diferencias ni en la salud mental, ni en el desarrollo cognitivo de personas de 25 años que crecieron en familias homoparentales comparadas con un grupo de la misma edad que creció en hogares de familias de parejas heterosexuales.
Un estudio publicado en el Medical Journal of Australia reportó los mismos resultados con una diferencia, los niños que crecieron en hogares homoparentales recibieron mejor calidad de crianza y mostraron mayor flexibilidad sobre los roles de género, la diversidad sexual y los diferentes tipos de familias.
Diversos estudios empíricos realizados en EEUU concluyeron que los hijos a cargo de homosexuales citaron los mismos juguetes preferidos que los niños a cargo de familias heterosexuales, así como los mismos programas de televisión y los mismos héroes del cine, además no hubo indicios de una mayor frecuencia de inclinaciones homosexuales.
En un estudio más reciente, realizado por Patterson con 37 madres lesbianas, la mayoría de las cuales tuvieron hijos por inseminación artificial, tampoco hallaron trastornos apreciables de la personalidad ni problemas de comportamiento.
En uno de los tests destinado a medir la habilidad pedagógica en las situaciones peliagudas, las madres lesbianas puntuaron incluso mejor que las heterosexuales.
A pesar de las teorías de Sigmund Freud, los niños criados sin presencia de padre, por lo general, no dejan de adquirir hábitos viriles.
Y las chicas criadas exclusivamente por lesbianas (a las que popularmente se les atribuye escasa feminidad), por lo general no presentan ningún déficit de rasgos femeninos.
En resumen, según los estudios y estadísticas, los infantes criados por parejas homoparentales se desarrollan de manera saludable en todos sus ámbitos, y lo que es más importante, tiene la posibilidad de crecer sin estos roles sociales que te imponen por ser hombre o mujer, teniendo la oportunidad de un desarrollo más pleno.
Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefaniapaulin_uaslp@hotmail.com Número: 4881154435