Las galletas de animalitos han formado parte del colectivo mexicano desde hace ya bastantes generaciones, los abuelos y los abuelos de tus abuelos sin duda las han probado y han mantenido esta bella tradición de comer de forma insaciable estas galletitas.
Es muy probable que tú mamá o abuela te hayan regalado de estas galletas cuando las épocas navideñas se acercan o en alguna fiesta infantil o posada siempre tenían un papel colándose en las bolsitas de dulces o piñatas. Sin duda recordar el sabor de estas galletas acompañadas de un buen vaso de leche nos abre una puerta a la bella nostalgia, pero algo que sin duda viene en los recuerdos asociados con estas galletas, es que cuando comes la primera pieza…no hay vuelta atrás, pierdes la capacidad de auto control y sigues comiendo una tras otra casi de forma automática y no es porque tengan uno de los mejores sabores del mundo…es básicamente una adicción momentánea.Pero ¿por qué pasa esto?.
Nos remontaremos un poco a la historia de estas galletas, todo comenzó en inglaterra cuando Pete Barnum en 1886 recorría todo el país con sus circos y ahí fue cuando se les ocurrió como un acto de promoción la elaboración de este tipo de galletitas, ya que las formas de animales llamaban la atención de los niños, que forzaban a sus padres a comprarselas. También en un inició las vendían en empaques muy novedosos, que simulaban a un vagón de circo e incluso llegaron a ser parte de algunos árboles navideños durante aquellos años. Después la idea viajaría a Estados Unidos y de ahí al resto del mundo, llegando a nuestro bello México en donde las recibimos con los brazos abiertos. Los fabricantes han confirmado que hay cerca de 53 figuras de animalitos en estas galletas, siendo las piezas más conocidas la de los tigres, pumas, camellos, rinocerontes, canguros y monos.
Ya con el contexto listo, ahora pasemos a los ingredientes de estas famosas galletas para entender el por que son tan adictivas para el paladar humano.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) publicado en la Revista del Consumidor de febrero de 2023, donde se explica que esas tres galletas tienen en común algunos ingredientes que varían según la marca:
Harinas: de trigo o maíz, “se componen principalmente de carbohidratos, los cuales contribuyen a proporcionar energía”.
Grasas: aceites vegetales y otras grasas hidrogenadas, “a pesar de ser de origen vegetal y por el tratamiento físico químico al que son sometidas, se comportan en nuestro organismo como grasa saturada que en exceso aumentan los niveles de colesterol sanguíneo”.
Sal: aparte de dar sabor, ayuda a aumentar la firmeza de la masa y manejabilidad.
Edulcorantes: algunas etiquetas suman este tipo de sustancias en sustitución de las azúcares. Que son la principal causa de adicción y lo que nos da la sensación de baja saciedad al consumirlas.
Se recomienda no comer más de cuatro o cinco piezas al día, lo que puede ser en extremo complicado.