Sismólogos mencionaron que en el concierto hubo un temblor de magnitud de 2,3.
Luego de que la cantante Taylor Swift se subiera al escenario en el Lumen Field de Seattle, los asistentes provocaron un temblor de tierra de 2,3 grados.
La euforia de los fanáticos llegó al grado que con saltos y bailes provocaron una actividad sísmica.
El temblor fue el doble de fuerte que el de Beast Quake, anteriormente ocurrió algo similar durante el touchdown, los asistentes celebraron de tal forma que el movimiento fue detectado por el sismometro local.