A lo largo de la vida, se pueden tener diferentes padecimientos o enfermedades, de diferentes índoles, como infecciones, fracturas, problemas metabólicos, etc… También se pueden pasar por situación que, si bien no son enfermedades, ponen en un estado vulnerable a la persona, como por ejemplo, un embarazo.
Es común que, al ir al médico, nos recete diferentes medicamentos para tratar los síntomas del padecimiento y que éste no afecte en la rutina diaria, pero hay un medicamento en especial que es ampliamente usado, sin importar el tipo de afección que se tenga; el paracetamol.
El paracetamol, también llamado acetaminofén, es un medicamento de libre venta, es decir, no se necesita receta médica para poder adquirirlo en la farmacia. Es tanta su versatilidad y popularidad que se le puede encontrar con facilidad en los botiquines.
Es un fármaco con propiedades analgésicas, además de propiedades antipiréticas, es decir que ayuda a tratar la fiebre. También posee propiedades antiinflamatorias, pero son muy leves. Se suele administrar vía oral, en forma de tabletas, pero también se puede administrar vía rectal o intravenosa en forma de supositorios o líquidos respectivamente.
Es ampliamente usado porque tiene mucha efectividad contra los dolores más comunes. Ejemplos de estos son:
- Dolor de cabeza y contusiones
- Dolor muscular
- Dolor en articulaciones
- Dolor de muelas
- Dolor menstrual
Hay ocasiones en las que el paracetamol no será tan eficiente en algunos tipos de dolor, pero eso no implica que deje de ser usado. Una estrategia usada por los médicos es recetarlo junto a otro medicamento, por lo general un antiinflamatorio no esteroideo, para que los 2 en conjunto tengan un efecto mucho mayor que si se tomara sólo uno de ellos.
Este medicamento es recetado a todo tipo de pacientes ya que no representa ningún riesgo en ningún tipo de ellos. No importa si es un paciente pediátrico o geriátrico, hay una probabilidad de uno en 10,000 de que se desarrollen efectos secundarios, y estos no representarán un daño considerable al paciente.
El paracetamol es un medicamento muy versátil, y que puede ser usado por casi todas las personas, de ahí el que sea tan popular y ampliamente recetado, no obstante, no hay que dejar de acudir al médico para que sea él quien lo recete, y así, no correr ningún tipo de riesgo, por mínimo que sea.