La procrastinación es el hábito de postergar tareas o responsabilidades y sustituirlas por actividades de gratificación instantánea; hacer ejercicio, escribir un informe, y hacer trámites son actividades comunes que la mayoría de las personas solemos postergar, y es que recostarse en el sillón a mirar televisión o navegar en redes sociales resulta mucho más atractivo, ¿verdad?
Además de que requiere de un mínimo esfuerzo. El ser humano tiende a posponer la realización de aquellas tareas que le resultan tediosas, monótonas, estresantes o cuando duda de su capacidad para realizarlas, pero tener esta conducta no nos convierte en personas perezosas, más bien, suele tratarse de un acto de autosabotaje o una forma de autoexigencia excesiva.
Por este motivo, es conveniente cambiar el modo de actuar y pensar, ¿y cómo podemos lograr esto? Cambia tu forma de ver las cosas A veces, vemos a ciertas actividades como experiencias difíciles o aburridas, lo que nos hace querer evitarlas, esta actitud nos lleva a postergar tareas y nos causa estrés.
Puede incluso dar paso a toda una tortura mental, esto genera ansiedad, nerviosismo, frustración y mina nuestra autoestima. Entonces, ¿por qué no cambiamos el enfoque del «debo» al «quiero»?
Por ejemplo, en lugar de decir «debo limpiar la casa este fin de semana», podríamos cambiarlo a «quiero limpiar la casa para crear un espacio cómodo y ordenado, y sentirme a gusto».
Al implementar este cambio, estamos conectando la tarea con un objetivo personal y un sentido de propósito. Fija metas realistas y progresivas
El miedo al fracaso, las dudas personales y la baja autoestima son factores psicológicos que nos hacen procrastinar, en cambio, si vamos alcanzando objetivos, la confianza en nosotros mismos aumentará y nos sentiremos más capacitados para enfrentarnos a esas tareas que más nos cuestan, por tanto, una forma efectiva de combatir la procrastinación es fijar una meta cuyo cumplimiento no requiera demasiado esfuerzo.
Crea tu propio espacio cómodo para trabajar El entorno en el que realizamos nuestras tareas desempeña un papel esencial, cuanto mejor te sientas en él, menos procrastinarás; diseña y personaliza el lugar donde abordas las tareas menos atractivas, de manera que te sientas atraído por estar allí.
Puedes usar colores que te gusten, colocar plantas, escoger muebles cómodos, colgar cuadros o fotografías, mantenerlo ordenado y asegurarte de tener una buena iluminación y ventilación.
Haz a un lado las distracciones
¿Sabes qué ayuda a combatir la procrastinación?
Dejar a un lado el móvil, la tendencia a postergar tareas se explica como un fracaso en la capacidad de autorregulación y control de impulsos, por ende, es importante reducir los elementos distractores que pueden interrumpir tu concentración, como Internet, ruidos fuertes, y redes sociales.
Puedes considerar estas distracciones como recompensas después de completar tus tareas.
Y por ultimo, recuerda por qué haces lo que haces
Conecta con la motivación subyacente, identificar y mantener en mente tus razones profundas te proporcionará un recordatorio constante de la importancia de tus acciones y te ayudará a vencer los momentos de duda o procrastinación.
Ya sea que busques crecimiento personal, logros profesionales o tan solo el hecho de cumplir tus metas, reconectar con tu propósito te dará la energía para superar los obstáculos que puedan surgir en el camino.
Estefanía López Paulin
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