“Antes, las relaciones se arreglaban, no se cortaban”, “lo único que tienes que hacer es estudiar y no te gusta, ¿qué vas a hacer cuando trabajes?” ¿Te suenan estos comentarios?
Este tipo de opiniones dejan relucir una idea: las personas se rinden con facilidad, sin embargo, cabría preguntarse: ¿qué factores inciden en que una persona abandone una tarea o un sueño?
Procrastinación y falta de disciplina
Es fácil pensar que se tiene todo el tiempo del mundo por delante para cumplir las metas autoimpuestas.
Por tanto, a veces se comienza un proyecto y se deja a la mitad; esto acaba por concluir en abandono, pues cada vez que se pospone se ve más lejana e imposible la meta.
Intolerancia a la frustración
Todos los caminos tienen baches, esto quiere decir que el recorrido puede tener cuestas, las cuales luego dan paso a senderos más llanos.
Las personas que no toleran bien estos altibajos suelen abandonar con facilidad, creyendo que el objetivo y sus obstáculos son demasiado difíciles de solventar para ellas.
El autosabotaje nace de muchas emociones e ideas inconscientes, como el síndrome del impostor, el miedo a los cambios o el temor al fracaso.
Por ejemplo, cuando una asignatura es bastante difícil, se puede llegar a estudiar menos por el miedo a esforzarse y, a pesar de todo, no poder aprobarla.
Por tanto, aparecen situaciones en las que las ideas de la persona son el primer y principal obstáculo por superar.
Ideas negativas
Las dinámicas de pensamiento también influyen en que las personas abandonen sus metas, alguien que se habla a sí mismo sin compasión, que no sale del pesimismo o que se pone expectativas irreales, será mucho más propenso a rendirse.
A pesar de que exista la voluntad de dejar de procrastinar, ser disciplinado y automotivarse, existen factores externos a la persona que no se pueden ignorar.
De hecho, hay casos en los que las intenciones y el compromiso no alcanzan ante situaciones no se pueden controlar y llevan a rendirse.
Pasar por un período complicado Duelos, abusos, enfermedades y un largo etcétera son algunos de los períodos dolorosos que todos podemos atravesar en algún momento.
Ante dichas situaciones, lo normal es, como mínimo, aplazar esos proyectos en los que estamos trabajando o esas tareas obligatorias que nos aprietan.
Falta de oportunidades y sufrir opresiones No todo el mundo tiene la suerte de elegir qué oportunidades deja pasar y cuáles toma, porque hay casos en los que no hay ninguna oportunidad.
Son muchos los grupos que deben enfrentar opresiones como el machismo, la transfobia o el racismo, por citar algunos ejemplos.
Así pues, cuando el entorno impide a las personas autorrealizarse, lo más común es que acaben por abandonar.
Antes de juzgar o señalar responsabilidades, es importante analizar la situación particular de cada persona y, sobre todo, tratar de comprenderla, si tienes algún ser querido que esté atravesando por algo similar, trata de acompañarlo en su proceso y de brindar el mayor apoyo que puedas.
Recuerda que la soledad y la falta de comprensión pueden hacer que esa persona se sienta insegura y pierda la voluntad de luchar ante nuevas oportunidades.
Por lo tanto, haz lo posible por acompañar y comprender sus emociones, por ser esa mano amiga que quisieras tener a tu lado en aquellos instantes en que lo has hecho todo por no rendirte.
Estefanía López Paulín
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