En conmoción total se encuentra el municipio de Matehuala luego de que se diera a conocer la intoxicación de, al menos, ocho adolescentes que consumieron bebidas alcohólicas presuntamente adulteradas, hecho que reveló la existencia de una red dedicada a la organización de fiestas clandestinas a donde acuden, principalmente, menores de edad a los que, además, les ofrecen toda clase de drogas.
Fue el pasado 2 de noviembre cuando se dio a conocer el hecho, pero se aclara que el incidente ocurrió el 28 de octubre. Un grupo de jóvenes que todavía no cumplían ni los 15 años de edad, resultaron intoxicados luego de acudir al bar conocido como Urban Park.
En el lugar estuvieron conviviendo e ingiriendo toda clase de bebidas alcohólicas a pesar de que, por ley, está prohibido que los establecimientos vendan este tipo de productos a los menores de edad.
Tras varias copas, algunos de los jóvenes comenzaron a presentar un malestar general que se agravó en cuestión de minutos, razón por la que sus propios acompañantes optaron por sacarlos del lugar. Entre la desesperación y la borrachera, los jóvenes que estaban menos ebrios consideraron que era necesario buscar atención médica, pues, para ese momento, ya eran ocho los adolescentes que estaban en muy malas condiciones.
Pese a la gravedad de los hechos, no se supo nada de los padres de familia, por lo que no hay certeza sobre si los jóvenes, todos menores de edad, contaban con la supervisión de un adulto o si, por lo menos, tenían el permiso para que acudieran a un lugar como el Urban Park.
Hospitales se negaron a recibir a los jóvenes intoxicados
Invadidos por el pánico al ver que sus amigos no reaccionaban, los adolescentes buscaron atención médica en varios hospitales de Matehuala, pero en todos les negaron el servicio sin que se les diera una explicación, simplemente les cerraron la puerta y los obligaron a vivir un tormentoso viacrucis en busca del servicio pues, para entonces, la cifra de intoxicados iba en aumento y algunos ya mostraban complicaciones hasta para respirar.
De acuerdo con distintas versiones, los jóvenes, que se movían por medios propios por toda la ciudad de Matehuala, acudieron primero al Hospital General de Matehuala, donde explicaron lo sucedido y las condiciones en que se encontraban sus compañeros. Refieren que, en este lugar, el personal de guardia ni siquiera quiso revisarlos para saber en qué condiciones se encontraban, simplemente les negó la atención pese a los ruegos de los afectados.
Los jóvenes continuaron su recorrido y llegaron hasta la Clínica 14, Ixtlero, pero ahí tampoco quisieron recibirlos. Al ver que en el sector público no había respuesta, decidieron ir a un hospital privado ubicado cerca de la calle Ocampo, sin embargo, la respuesta fue la misma.
No había atención para ellos. Curiosamente, en ninguno de estos lugares les dieron una explicación, sólo les negaron el servicio.
Ante la negativa, los adolescentes decidieron informar a los padres de una de sus compañeras, la que estaba en peores condiciones. Fue su padre quien la llevó con un médico particular, pero el diagnóstico fue crítico; “O la internan o se muere”. El señor no dudó y corrió a la Clínica 14, donde casi tuvo que derribar una puerta para que el personal decidiera atender a su hija. El resto de los intoxicados, ocho en total, también recibieron la atención médica.
Fiesta de adolescentes termina en zafarrancho
No habían pasado ni 24 horas del primer incidente cuando se supo de un nuevo suceso protagonizado por adolescentes; esta vez ocurrió en la calle Tlaxcala de la colonia República. Lo que parecía ser una pequeña reunión de amigos terminó en un evento masivo donde salieron a flote las diferencias entre los presentes, lo que dio pie a un verdadero zafarrancho que dejó como saldo a decenas de heridos, algunos de ellos, de gravedad.
Faltaba poco para la media noche del 29 de octubre, en un inmueble particular, decenas de jóvenes se dieron cita a invitación expresa de uno de sus “amigos” con la promesa de pasar una noche inolvidable entre música, baile, comida y bebidas alcohólicas, sin embargo, los asistentes no contaban con que también habría otro tipo de drogas y que el evento, anunciado como una sana convivencia, terminó convertido en una batalla campal.
Videos que circularon en redes sociales dan testimonio de la violencia y del caos que se vivió; sillas, mesas y toda clase de objetos terminaron regados por el piso.
Las botellas, vasos, piedras y más fueron usas como armas contra sus adversarios, los mismos a los que minutos antes estaban llamando amigos. Fue poco más de media hora del enfrentamiento sin que ninguna autoridad hiciera acto de presencia, al final, cuando arribaron, la mayoría de los rijosos ya se había retirado y tampoco pudieron ingresar al inmueble por ser particular.
Menores de edad organizan fiestas clandestinas con venta de droga
De acuerdo con la información que trascendió luego del incidente en la República, se supo que el organizador del evento había sido un adolescente de apenas 14 años a quien todos identificaron como una persona que, desde hace varios meses, ha venido organizando diversos eventos similares a los que invita a cientos de jóvenes y les cobra un cover de 100 pesos. Se desconoce si sus padres están enterados del tema.
Al verse descubiertos, varios adolescentes, asistentes a este tipo de eventos, revelaron que estas fiestas son bastante frecuentes y que es por medio de las redes sociales por donde se hacen las invitaciones, algunas con apenas unas horas de anticipación; se les informa sobre lo que habrá disponible, la cuota de acceso, el horario de inicio y la dirección donde se estará realizando. A algunos de ellos, se les pide mesura y no compartir la información con terceros a fin de que la fiesta sea exclusiva.
Son los mismos adolescentes quienes confirman que, de entrada, se sabe que en este tipo de eventos se estará ofreciendo droga, desde marihuana hasta otras de mayor producción o sintéticas, y que, incluso, hay personas a las que ya se les tiene bien identificadas como proveedores, sin embargo, no se les conoce el nombre ni algún medio de contacto, si acaso un apodo o una mínima referencia para localizarlos.
Autoridades son omisas; no han iniciado un proceso de investigación
Pese a toda la evidencia y los jóvenes que estuvieron al borde de la muerte, las autoridades de justicia no han iniciado proceso alguno de investigación, situación que ha levantado varias sospechas entre la ciudadanía, sobre todo, luego de que se comenzara a correr el rumor de que son los titulares de distintas dependencias, municipales y estatales, los que están involucrados en este tipo de temas.
En lo que respecta al Urban Park, tras la intoxicación de los ocho jóvenes, se procedió a clausurar el establecimiento, pero se cree que este hecho no fue tanto por poner en peligro a los adolescentes, sino porque uno de los socios del establecimiento es Trino Salinas, presidente del Comité Directivo Municipal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Matehuala, a quien, ahora, se le intenta responsabilizar por lo sucedido.
Mientras tanto, sobre el zafarrancho en la colonia República es tema que no parece interesarle a ninguna autoridad por lo que se cree que quedará impune a pesar de que quedó demostrado que es un problema recurrente y que puede detonar fuertes enfrentamientos y violencia entre los jóvenes, además de que, de acuerdo con las denuncias, son espacios utilizados por narcomenudistas para comercializar sus productos.
Acusan irresponsabilidad de padres de familia
Si bien, resulta fundamental que las autoridades implementen las estrategias para garantizar la seguridad y el bienestar de la ciudadanía, tras la intoxicación de los adolescentes en el Urban Park y luego el zafarrancho en la colonia República, algunas voces también se han pronunciado para señalar la irresponsabilidad de los padres de familia, sobre todo, porque la mayoría de las víctimas son menores de edad que deberían estar bajo el cuidado de sus padres.
Consideran que la situación que se presentó y el riesgo al que se expusieron los jóvenes pudo haberse evitado si los padres de cada uno de ellos hubiesen estado pendientes de con quién, en qué circunstancias y dónde se encontraban, además de que debieron ser los primeros en enterarse de lo sucedido, por ejemplo, mucho antes de que los jóvenes anduvieran vagando por toda la ciudad en busca de atención médica.
Advierten que, dada la omisión y la negligencia de las autoridades al negarse a actuar ante este tipo de hechos, es muy probable que se sigan presentando, por lo que reiteran el llamado a los padres de familia para que estén pendientes de sus hijos y eviten estos riesgos que, por fortuna, en esta ocasión quedaron en un susto, pero que pudieron desencadenar una tragedia.