Aprovechando la crisis por el desabasto de agua potable que está pegando fuertemente en varias colonias de Matehuala, el presidente municipal Iván Estrada Guzmán ha preferido hacer negocio y ganar algo de dinero mal habido a costa de la ciudadanía pues, en vez de implementar un plan que garantice el suministro del vital líquido para la gente, prefirió rentarle varias pipas al SAPSAM para que con ellas distribuya unos cuantos litros de agua entre cientos de familias.
Hace ya varias semanas que varias colonias de Matehuala sufren por el desabasto de agua y, aunque han solicitado al Ayuntamiento que los apoye con este tema y que se implemente un plan emergente para atender la situación, es momento que no se ven acciones concretas para que los usuarios del servicio cuenten con el suministro que necesitan para realizar las actividades regulares del día a día.
En fechas recientes se pudo ver el desplazamiento de algunas pipas que recorriendo algunas colonias repartiendo agua, sin embargo, también se notó que primero acudían a los domicilios de aquellas personas que tienen alguna relación con el propio Iván Estrada, es decir, primero se abastece a los conocidos y amigos del alcalde a quienes se les da a manos llenas y la que sobra se distribuye entre la mayoría de los vecinos.
Sin embargo, lo que más ha llamado la atención no es la operación tendenciosa de las pipas, sino el hecho de que estos vehículos sean propiedad del mismo alcalde quien, pasándose de listo, está recibiendo una remuneración periódica por su uso, es decir, está obligando al SAPSAM a pagar una renta a pesar de que esta situación representa un claro conflicto de intereses y podría constituir la comisión de un delito ya que, además, la remuneración no es nada barata.
Los afectados sospechan que Iván Estrada está cuidando este negocio, razón por la que no ha mostrado interés alguno en solucionar la problemática que se vive en todo el municipio ante la escasez y desabasto de agua potable, por el contrario, le conviene que esta situación siga para que pueda seguir rentando las pipas y siga cobrando por ello mientras que miles de personas no tienen ni siquiera lo mínimo para cuidar su higiene o realizar sus actividades cotidianas.