El duelo es una respuesta natural a la pérdida. Es el sufrimiento emocional que sientes cuando te quitan algo o alguien que amas. Si, también puede ser algo, no solo tienen por qué ser personas, sin embargo a menudo, el dolor de la pérdida puede ser abrumador.
Generalmente asociamos el duelo con la muerte de un ser querido, pero, cualquier pérdida puede causar dolor. Esto incluye, entre otras, las siguientes situaciones:
- Divorcio o romper con una pareja
- Perder un trabajo
- Perder la estabilidad financiera
- Un aborto involuntario o la imposibilidad de ser madre
- Jubilación
- Muerte de una mascota
- La pérdida de un sueño que ya no podrás realizar
- Enfermedad grave de un ser querido
- Pérdida de una amistad
A continuación, te muestro algunos ejercicios que te ayudarán a trabajar tu duelo de una manera más sana y amorosa.
Crea una caja de la memoria
El objetivo de este ejercicio es que hagas una caja en la que guardarás cosas especiales que te recuerden a la persona que murió y la relación que tuviste con ella. Para ello, necesitarás: una caja de cartón a la que le puedas quitar la tapa, y cosas para decorarla, lo que tu elijas.
Para empezar, dedica un tiempo a decorar la caja, puedes pintarla y pegarle papeles de distintos colores. Va a ser una caja muy especial, así que dedica tiempo a esta parte.
Una vez que tengas la caja lista, recorta imágenes y palabras de las revistas. Estas deben tener algún significado para ti con respecto a tu relación con la persona que murió. Finalmente, pega una foto de esa persona que murió dentro de la caja. Ahora, te toca llenar la caja con objetos que te vinculen a esa persona. Por el momento, guarda la caja todo el tiempo que necesites. Cuando estés listo, puedes quemarla, dejarla en algún sitio que sea significativo para ti, etc.
La carta continua
Escribe una carta de despedida a la persona fallecida, en ella es importante que plasmes todos los sentimientos, tanto positivos como negativos hacia esa persona. Escribe todos los días o al menos tres veces por semana durante cuarenta y cinco minutos o una hora. Cada vez que comiences a redactar tu carta, relee lo que escribiste los días anteriores y luego continúa escribiendo la carta.
Si en un momento dado no sabes qué escribir, permanece sentado hasta que agotes el tiempo, ya sean cuarenta y cinco minutos o una hora. Te recomiendo que escribas la carta siempre en el mismo lugar y a la misma hora. Es importante que también escribas cuando no lo sientes, puesto que, esto permitirá que emerjan sentimientos negativos que tal vez no aparecen de otra manera. Los contenidos de la carta no tienen por qué ser nuevo, puedes escribir o hablar sobre lo mismo todas veces que necesites.
Arreglando un corazón roto
Compra una maceta o un recipiente de cerámica o de un material similar, Empieza por romper con cuidado el recipiente que hayas comprado, luego con plumones permanentes escribe por dentro del recipiente cómo te sientes respecto a la perdida. Identifica tus sentimientos y plásmalos.
Por fuera del recipiente escribe tus fuentes de apoyo y recursos para transitar por el duelo. Aquí, entra cualquier cosa que creas que te ayuda, pueden ser tanto recursos personales que tu tengas (capacidad de pedir ayuda, expresar emociones, autocuidado, etc), como recursos externos a tu (una familia que te ayuda).
Una vez que hayas escrito o dibujado, pega de nuevo el recipiente. Se trata de que con mimo, delicadeza y tiempo arregles el recipiente. Este proceso incorpora la metáfora de que cuando ocurre una pérdida significativa, se rompe el corazón. Y lleva su tiempo sanarlo de nuevo.
En algunas ocasiones no podemos adaptarnos después de esa pérdida, podemos tener un dolor patológico o traumático persistente. En estos casos, será necesaria la ayuda de un psicólogo. Los duelos pueden resultar más complicados por muchos motivos, circunstancias en las que esa persona falleció, la relación que teníamos con esa persona, duelos anteriores no resueltos
Estefanía López Paulín
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