Hola queridos lectores, ¿cómo están?, ¿Qué tal las fiestas de fin de año?, ¿Ya listos para cumplir sus propósitos de este año nuevo o continúan en el Maratón Guadalupe Reyes? Me atrevo a preguntarles porque los compromisos, las reuniones sociales y el estar tan a gusto con la familia y los amigos nos hacen tener una noción poco clara de los excesos en estos días, y no me refiero precisamente a los traguitos sino al exceso de comida que consumimos por doquier.
Sin duda, es una temporada de mucha convivencia que anhelamos llegue y poder cumplir como buenos mexicanos con el Maratón Guadalupe Reyes, que si bien podríamos pensar es una competencia de un grupo de participantes que se esfuerzan por llegar corriendo a la meta, la realidad es otra.
Este maratón tiene su origen en la década de los noventa, el cual era un operativo policiaco implementado en la ciudad de México, que pretendía salvaguardar la integridad de los peregrinos que llegaban a la Basílica de Guadalupe y posteriormente cuidar a los ciudadanos hasta el Día de Reyes pero hoy en día, dicho maratón, consiste en un periodo de celebraciones donde se ingieren un gran número de calorías, tomando como fecha de inicio el 12 de diciembre, pasando por las posadas que inician el 16, Nochebuena el 24, Navidad el 25, Día de los Santos Inocentes el 28, la esperada del Año Nuevo el 31 para finalizar el 6 de enero.
Cabe resaltar que este periodo se extiende cada vez más y hay quienes comienzan desde la temporada de Día de Muertos y finalizan hasta el 2 de Febrero Día de la Candelaria, en este caso, la persona triunfante es aquel que haya tenido una verdadera resistencia a los excesos de comida, bebidas y demás.
Este concepto de la cultura mexicana no es más que una alimentación desequilibrada, que consigue el incremento en tallas y peso entre cuatro y diez kilos de nuestro tan apreciado cuerpo, según datos proporcionados por la Federación Mexicana de Diabetes, es importante mencionar que hay una gran diferencia entre lo que se come y lo que verdaderamente se necesita. Recordemos que el cuerpo humano cambia con la edad y también su capacidad de consumir ciertos alimentos o alimentos en desproporción ya que no metaboliza de manera eficiente como antes.
El alto consumo calórico de la oferta gastronómica característica de la temporada como el bacalao, los romeritos, carnes condimentadas y saturadas de ingredientes, postres, ponches de fruta cargados de azúcar, así como las bebidas alcohólicas y una disminución considerable de la actividad física dan como resultado el sobrepeso y la obesidad, influyendo también considerablemente factores emocionales propios de estas fechas como la euforia, el estrés y la depresión que llevan a un consumo descontrolado de alimentos y bebidas.
Seamos conscientes del riesgo tan grande para nuestra salud, así que disfrutemos con moderación las porciones que consumimos, siempre los vegetales son una excelente opción como guarnición y si el consumo de bebidas con alcohol es mesurado, nos sentiremos mejor y no tendremos de qué preocuparnos.
Recuerden que si al partir la Rosca de Reyes fueron los afortunados de que haya aparecido el Niño Jesús, quedaron en la lista de los que pagarán los tamales para el 2 de Febrero, es decir que con maratón y sin maratón, las fiestas continúan. ¡Muy Feliz Año Nuevo para Todos!