El alcalde de Cedral, Howard Aguilar, dejó claro que entre sus planes está firmar una nueva traición política, esta vez al Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Viajes y viajes a la capital de San Luis Potosí, reuniones con presidentes de municipios del Altiplano y búsqueda de popularidad en comunidades de Charcas y demás municipios donde no le corresponde asistir, son una muestra de la avaricia que le ha dado el estar en la presidencia.
Howard el traicionero, ganó la presidencia de Cedral enfundado en la camisa de Movimiento Ciudadano pero ya llegado al poder le jugó chueco a Eugenio Govea, dirigente de ese partido y quien le dio vida a su carrera en la política. Apenas a dos meses de tomar posesión de la presidencia ya había jugado chueco al partido naranja, al emigrar a las filas del Verde.
Nada más rindió protesta jurando ser fiel a su cargo y a su pueblo, y sintió la necesidad de querer otro cargo, se sentó en la silla presidencial y ya no le era suficiente, acomedidos asesores le llenaron la cabeza de que gestionara su nuevo puesto, las salidas a la capital se hicieron frecuentes buscando un ascenso en el PVEM, pero fue tal su insistencia que terminó hartando a los poderosos del partido.
Inexperto en cargos públicos y con la firme idea de ser diputado se dejó hacer enredos en la cabeza, sus cercanos, también faltos de criterio, lo apresuraron brincándose el primer objetivo para ganarse al pueblo: TRABAJAR. Su desesperación al saber que cada día más gente se enteraba de su falta de trabajo, de su inoperancia en el tema de seguridad, de la decepción de las personas por su falta de palabra, después de que prometió que en sus tres años de gobierno, ningún día faltaría el agua y una larga lista, lo llevaron a reunirse con Iván Estrada.
Ambos convocaron a Jorge Armando Torres, alcalde de Villa de La Paz, e intentaron formar un frente antiperiodistas para lo cual invitaron a la alcaldesa de Vanegas Ma. de Jesús Torres, a quien llevaron con engaños a reunirse con el Gobernador Ricardo Gallardo y de esta manera verse como un grupo de alcaldes de trabajo, la tercia de presidentes intentó debilitar el equipo que el gobernador tiene en Vanegas pero la alcaldesa decidió alejarse y no entrar en la traición al partido que le abrió las puertas al inicio de su mandato. Howard sumó otra traición, esta vez a la presidenta.
La popularidad que Howard había logrado ya se encuentra por los suelos, pues, para no trabajar, se escuda en que la veda no le permite hacer sus labores. Las opciones para encontrar quien meta las manos al fuego por él para su candidatura a la diputación local se le empezaron a agotar, al grado de buscar que, de la mano del senador Marco Gama, que también acaba de abandonar al PAN para unirse al Naranja, le perdone el Movimiento Ciudadano la traición y regresar aunque sea «con la cola entre las patas», pero esa decisión solo es de Eugenio Govea, él tendrá que decidir si le arriesga a una nueva traición, tomando en cuenta que en el Altiplano, Howard anda muy junto con el presidente panista de Matehuala. Nadie sabe para quién trabaja.