El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) respondió contundentemente a las recientes acusaciones sobre un presunto financiamiento ilícito proveniente del narcotráfico durante su campaña presidencial en 2006. Calificando las afirmaciones de «calumnias» y «viles calumniadores», el mandatario rechazó enérgicamente las imputaciones y exigió pruebas concretas que respalden dichas acusaciones.
En su conferencia matutina, AMLO señaló que este intento de ataque está relacionado con la coyuntura electoral en México y Estados Unidos. Destacó que estas acusaciones surgen en un contexto donde hay elecciones en ambos países, sugiriendo que se trata de una estrategia para desacreditar su movimiento y afectar su imagen política.
El presidente responsabilizó a la Administración de Control de Drogas (DEA) y al Departamento de Estado de Estados Unidos por la divulgación de estas afirmaciones, argumentando que la prensa está subordinada al poder y que estas acciones son parte de una campaña mediática en su contra. AMLO mencionó que este tipo de señalamientos suelen emerger cuando hay elecciones, y subrayó que su gobierno no permitirá ser difamado sin evidencia sólida.
Enfatizó la falta de pruebas concretas que respalden las acusaciones, describiéndolas como un intento de manchar su reputación sin fundamentos sólidos. Asimismo, cuestionó la ética periodística de difundir información sin verificar y reiteró que estas calumnias buscan afectar la percepción pública de su gobierno.
El presidente López Obrador concluyó instando a la DEA, al Departamento de Estado y al gobierno de Estados Unidos a abordar este tema de manera abierta y directa. Afirmó que su gobierno seguirá centrado en sus prioridades y no se dejará distraer por acusaciones infundadas.
En este contexto, el presidente también dejó entrever que estas acusaciones pueden estar relacionadas con un ambiente político-electoral, y expresó su confianza en que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se enterará de la situación.
