En respuesta a la crisis humanitaria que azota el norte de Gaza, Estados Unidos y Jordania han lanzado conjuntamente 36.000 raciones de comida desde el aire este martes, marcando la segunda misión coordinada en los últimos días.
La operación tiene lugar después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertara sobre la situación crítica de los niños que sufren de desnutrición en la región, donde se estima que 300.000 palestinos luchan por acceder a alimentos y agua potable suficientes.
Sin embargo, el lanzamiento de raciones desde el aire ha generado un intenso debate. Por un lado, las organizaciones humanitarias argumentan que esta medida no es suficiente para abordar las crecientes necesidades de la población. Por otro lado, se considera un símbolo del fracaso de los esfuerzos por enviar ayuda por tierra.
El norte de Gaza ha quedado en gran medida aislado de la asistencia en los últimos meses, exacerbando la crisis humanitaria. Los convoyes terrestres enfrentaron dificultades debido al caos y la violencia en la región, lo que llevó al Programa Mundial de Alimentos (PMA) a suspender las entregas de alimentos en la zona.
Además, incidentes recientes, como la tragedia del jueves pasado donde más de 100 palestinos murieron durante un intento de acceder a un convoy de ayuda escoltado por fuerzas israelíes, resaltan la urgencia de la situación.
Aunque el lanzamiento aéreo de ayuda puede proporcionar alivio inmediato, los críticos advierten que es costoso, caótico y puede llevar a una distribución inadecuada. Además, la falta de control sobre la entrega puede poner en peligro la vida de las personas, ya que pueden consumir productos inseguros.
