La Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) de la Secretaría de Salud ha hecho un llamado a la sensibilización social sobre el Trastorno del Espectro Autista (TEA), destacando su prevalencia y la necesidad de comprender y apoyar a quienes lo padecen.
De acuerdo con cifras proporcionadas por Conasama, aproximadamente una de cada 100 personas en el mundo padece este trastorno, que se caracteriza por un desarrollo atípico del cerebro, lo que conlleva dificultades en la interacción social y la incorporación a la vida comunitaria.
Los especialistas en neurología, psiquiatría y salud mental explican que el TEA es una condición de origen desconocido, cuyos principales rasgos se pueden identificar desde los primeros meses de vida. Las personas afectadas suelen presentar alteraciones en la comunicación socioemocional, patrones de comportamiento restringidos y repetitivos, así como hipersensibilidad o hiposensibilidad a los estímulos sensoriales.
El tratamiento del TEA se basa principalmente en terapias que abordan diversos aspectos, como el lenguaje, la comunicación, la estimulación sensorial y el desarrollo socioemocional. Aunque no existe un tratamiento farmacológico específico para el autismo, en algunos casos se utilizan medicamentos para tratar comorbilidades o situaciones puntuales de conducta grave.
Es fundamental entender que las personas con TEA pueden tener o no discapacidad intelectual, y que la intervención debe ser interdisciplinaria y adaptada a las necesidades específicas de cada individuo. Por ello, se enfatiza la importancia de una evaluación poliédrica y multidimensional para un diagnóstico preciso.
Aunque se desconoce el origen exacto del TEA, se han identificado algunos factores de riesgo, como la edad avanzada de los padres al momento de concebir y el consumo de tabaco durante el embarazo. Sin embargo, los especialistas subrayan que estos factores no son determinantes y que no existe una causa única para este trastorno.