La Champions League parece estar diseñada a medida para el Real Madrid. Hoy en el Etihad Stadium, presenciamos un encuentro que desafía toda lógica, donde la mística que envuelve al Rey de Europa se impuso una vez más. A pesar del constante asedio del campeón, el Manchester City no logró más que igualar el gol tempranero de Rodrygo y llevar el partido a los penales. En esta instancia, la magia blanca se manifestó con la camiseta roja de Andrei Lunin, quien ocupó el puesto de Courtois, y convirtió a sus dos centrales menos habituales, Nacho y Rüdiger, en héroes con sus penales decisivos. En resumen, no hay explicación posible, simplemente es el Real Madrid.
Con seis años sin conocer la derrota en su estadio en competiciones europeas, era de esperarse un encuentro lleno de sufrimiento. El Real Madrid salió al terreno de juego del Etihad con determinación, marcó primero y se dispuso a resistir un asedio interminable. Aprovecharon la debilidad del City sin posesión y los primeros minutos fueron un reflejo de su estrategia. Sin embargo, el partido se convirtió rápidamente en un tiroteo celeste, con el City buscando incansablemente el gol.
El dominio del City se hizo evidente con 33 llegadas al área y una posesión abrumadora, pero el Madrid trabajó sin descanso para cerrar espacios y resistir el embate. A pesar de los esfuerzos del City, el Madrid mantuvo la compostura, gracias en parte al trabajo sin balón de todos los jugadores, especialmente los defensores. Destacó la actuación de Andrei Lunin, quien demostró autoridad en su área y realizó importantes intervenciones.
La segunda mitad y la prórroga estuvieron marcadas por el agotamiento de ambos equipos, que dejaron todo en el campo. Aunque el City cambió de estrategia con la entrada de nuevos jugadores, el Madrid se mantuvo firme en su defensa. El partido llegó a los penales, donde Lunin se convirtió en el héroe al realizar dos paradas decisivas, facilitando así la victoria del Real Madrid, sellada por los aciertos de Nacho y Rüdiger.
En conclusión, el Real Madrid demostró una vez más su capacidad para enfrentar situaciones adversas y salir victorioso en los momentos más críticos. La noche en el Etihad Stadium fue testigo de la magia y la determinación que caracterizan al equipo blanco en la Champions League, una competición que parece estar hecha a su medida.
