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Columna | Tiempo de hablar

No hay fecha que no se llegue… Para Sanjuana Maldonado llegó la libertad, el indulto de parte de los diputados del Congreso de San Luis Potosí y todo gracias a la Organización Perteneces. El trabajo de varios años se vio reflejado. Muchas puertas fueron tocadas para que escucharan que, quienes estaban detrás de ellas, escucharan que Sanjuana era inocente, algunas se abrieron y pudieron comprobar que la justicia estaba mal.

El resultado de estudios legales, miles de hojas leídas, de la fe en Dios y de apostar por una justicia real, fue la liberación de Sanjuana. Aunque pasaron quince años, la alegría y el gozo se vio reflejado en el semblante de la oriunda de Charco Cercado, una comunidad de Guadalcázar, S.L.P.

Llegó la justicia pero nadie podrá borrar el calvario que vivió al ser detenida y silenciada sin poder defenderse. Le robaron años de vida por un mal ejercicio de las autoridades que fue hecho con toda la intención de abogar por delincuentes.

De los tres mosqueteros «no ha quedado nada», dice la canción de La Arrolladora». En su momento se sintieron tocados por Dios y hasta amenazaban a medios de comunicación, querían poner a sus candidatos y casi se pelean por tomar el control político del Altiplano.

En su ambición renunciaron a partidos, se dijeron ser panistas, morenistas y desfilaron por varios a ver quién les hacía un espacio. Ahora los papeles se les invirtieron, nomás no lograron colocar a nadie y mucho menos ellos agarrar un huesito.

Howard Aguilar lo más que logró fue que su esposa fuera candidata a la presidencia de Cedral, pero no por sus gestiones. Lupita de La Garza no logró la victoria.

Armando Torres, alcalde de Villa de La Paz, hizo como que trabajaba para Morena, buscó una diputación, pero antes de tener una candidatura fue desechado pero usado a ver si era cierto que las podía. Fracasó.

Iván Estrada puso a Matehuala en semáforo rojo con la delincuencia, fue detenido por la Fiscalía General del Estado y terminó por renunciar al Partido Acción Nacional. Ahora dice que él es el que mueve al alcalde electo Raúl Ortega.

Si esto fuera cierto, a Raúl le augura una mala administración, pero tal parece que no es Iván el que está detrás del panismo en Matehuala, sino el integrante de la ecuación corrupta, Enrique Flores. El mismo tipo que traicionó al Partido Verde para darle votos al PAN.

Enrique Flores no se conformó con jugar chueco en las pasadas elecciones, sangró a candidatos de todos los partidos, en campaña y sigue sin conformarse, ahora va por las arcas de Matehuala.

Enrique Flores se tomó un descanso tras la traición al partido que le dio la oportunidad de regresar a la política, ahora está de regreso. Quiere el control total del PAN, de Raúl Ortega y de Matehuala.

Todo esto, según él, por órdenes de «El negro» como le dice al secretario de gobierno, su gran amigo y protector de fechorías políticas. 

Seguramente están planeando cómo cobrarle favores a Raúl Ortega. 

Las lluvias que ha dejado «Alberto» hay que agradecerlas pero también toca cuidar el agua que deje, todo es para beneficio de la sociedad y que la sequía que se ha vivido sea un motivo para hacer conciencia de que si no cuidamos este líquido que da vida, la vida se nos va a ir como agua.

Hasta a la próxima con más Tiempo.

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