Sergio Pérez se mostró mejor el pasado fin de semana en el Gran Premio de España de F1 si se lo compara con las rondas de Mónaco y Canadá, pero aún estuvo lejos de lo que se espera del piloto mexicano en Red Bull Racing.
Pérez logró llegar a la Q3 el sábado por primera vez desde la cita de Miami, pero solo pudo ser octavo en esa instancia, lo que lo llevó a salir 11º el domingo por la sanción de tres puestos que tenía desde Montreal.
Ya en la carrera, el de Guadalajara no pudo avanzar demasiado en una pista donde es difícil para adelantar sin un ritmo marcadamente superior al coche de adelante, y finalmente llegó octavo tras optar por una estrategia a tres paradas en los pits.
«Era muy difícil adelantar en ese primer stint y entonces se acabó mi carrera. Estaba atrapado detrás de Nico (Hulkenberg) y me deslizaba mucho realmente. Fue una carrera de pesadilla. Ha sido una carrera muy difícil en general. Al final, cambiamos a tres paradas y conseguimos remontar hasta Gasly y asegurar el octavo puesto, pero fue muy duro. Todo estaba comprometido desde ese primer stint», dijo Pérez sobre su carrera.
Pese a las dificultades, el aspecto positivo para el mexicano es que considera haber sacado conclusiones importantes de cara al próximo fin de semana en el Gran Premio de Austria.