Las antiguas civilizaciones mesoamericanas, como los aztecas y mayas, ya valoraban el cacao no solo por su sabor exquisito sino también por sus propiedades medicinales. Se creía que era una fuente de fortaleza, salud y energía vital. A medida que el chocolate se introdujo en Europa y se transformó, la ciencia comenzó a explorar sus potenciales beneficios, especialmente en el cerebro.
El chocolate, particularmente el oscuro, está cargado de flavonoides, una clase de polifenoles con propiedades antioxidantes. Estos compuestos son conocidos por mejorar el flujo sanguíneo al cerebro. Un flujo sanguíneo adecuado es esencial para mantener un cerebro saludable y prevenir enfermedades neurodegenerativas. Entre los beneficios podemos encontrar:
Mejora de la memoria
Un estudio publicado en la revista Nature Neuroscience encontró que los flavonoides en el chocolate pueden mejorar la memoria espacial y la capacidad de aprendizaje. Este estudio, realizado en roedores, mostró que el consumo regular de cacao mejoraba la formación de neuronas en el hipocampo, una región cerebral vital para la memoria y el aprendizaje.
Estimulación del estado de ánimo
Además de los flavonoides, el chocolate contiene feniletilamina (PEA), una sustancia química que nuestro cerebro produce naturalmente cuando nos sentimos enamorados. La PEA promueve la liberación de endorfinas y serotonina, neurotransmisores asociados con la sensación de bienestar y felicidad.
Neuroprotección y salud cerebral
El cacao no solo mejora la función cerebral a corto plazo sino que también puede ofrecer protección a largo plazo. Sus antioxidantes combaten el estrés oxidativo, una causa fundamental del envejecimiento cerebral y enfermedades como el Alzheimer. Un estudio de The Journal of Nutrition sugiere que los flavonoides del cacao pueden tener propiedades antiinflamatorias, protegiendo el cerebro de daños y enfermedades.
