El discurso respecto a la Generación Z no difiere demasiado del que ya se ha visto repetido en la sociedad desde tiempos antiguos. Cada generación más joven que las anteriores ha pasado por algún punto en el que el resto aseguraban que eran más perezosos que nunca. Pasó con los Millenials, pasó con los Boomers, y hasta con Sócrates, que también destacó en su tiempo la absurda manía de llamar vagos y vanidosos a los más jóvenes de aquella generación.
El CEO de JPMorgan, Jamie Dimon asegura que las nuevas generaciones cada vez trabajan menos, pese a tener la vida más fácil de la historia, asegura que tienen la oportunidad de teletrabajar durante menos días a la semana, vivirán 100 años y sobrevivirán al cáncer y podrán mantenerse en forma, sin embargo, otros catedráticos como Roulet, salen a la cancha en defensa de la generación z y nos recuerdan algunas cosas:
«Las expectativas hacia el trabajo han cambiado. Las generaciones más jóvenes buscan crecimiento, propósito y, al mismo tiempo, un equilibrio entre trabajo y vida, y las organizaciones deben adaptarse para satisfacer esas demandas».
Además de eso, Roulet pone sobre la mesa la necesidad de tener en cuenta también un contexto adicional, el económico. «Si bien un trabajo hace 30 o 20 años habría proporcionado mayor seguridad, esto no es necesariamente el caso en la actualidad. Por ejemplo, no ayuda a las generaciones más jóvenes a acceder al mercado inmobiliario».
Frente a casos particulares de la Generación Z como el de la búsqueda de trabajo constante en busca de unas mejores condiciones en las que no se casan con nadie hasta obtener lo que quieren, o la ambición silenciosa mediante la que persiguen una mayor estabilidad entre su vida laboral y la privada en la que esta última gana más peso, es fácil entender dónde está el cambio.
Lejos de ser un tema de pereza o vagueza respecto al trabajo, lo que Jamie Dimon recogía respecto a las facilidades a la hora de sobrevivir a los problemas del día a día es, a su vez, lo que también justifica el enfoque del profesor Roulet. La Generación Z tiene otra perspectiva respecto a lo que significa el trabajo y, aunque sigue siendo una parte importante de sus vidas, a diferencia de lo que ocurre con el resto ha dejado de ser una prioridad.
Y esto no está mal, cada generación es responsable de modificar sus contextos basados en sus necesidades, aunque estas no sean tan semejantes a las de otras generaciones.