En un día como hoy, cuando los calendarios marcan la fecha de los abuelos, es imposible no recordar esas tardes de juegos de mesa, las abuelitas que te preparaban los mejores postres y los abuelos que te contaban historias tan increíbles que parecían sacadas de un libro de fantasía.
Ellos tienen un radar especial para localizar las llaves perdidas y un don para dormir en cualquier lugar y posición. Y ni hablemos de su sabiduría infinita, capaz de resolver cualquier problema, desde cómo quitar una mancha hasta cómo conquistar el corazón de esa persona especial.
Los abuelos nos enseñaron a apreciar las cosas pequeñas como el sabor de un pastel recién horneado, el calor de un abrazo, la belleza de un amanecer. Nos recordaron que la felicidad no se encuentra en las cosas materiales, sino en los momentos compartidos con las personas que queremos.
Así que si tienes un abuelo cerca, no dudes en llamarlo, visitarlo o simplemente enviarle un mensaje para decirle cuánto lo quieres. Y si no tienes la suerte de tenerlos cerca, recuerda que siempre vivirán en tu corazón.