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Columna | Tiempo de hablar

La presidenta del DIF Municipal de Matehuala, Zoraría Hernández, tiene gran tarea para enderezar el rumbo de la institución, son grandes retos los que le esperan y seguramente va a encontrar sorpresas desagradables. De inicio tiene que hacer un análisis ahora que ya tiene el control. De entrada, asegurar que los abuelitos del asilo no sufran de violencia de ningún tipo como lo hacía en la pasada administración, Paula Méndez, que se desentendió totalmente de la asistencia social.

Ya nombró a nueva directora y eso dará un respiro a los usuarios, por otra parte está el tema de los servicios de transporte y de atención a personas con autismo, un tema delicado que fue ignorado por la anterior presidenta. Tendrá que hacer gestiones muy precisas con la delegada del DIF Estatal en el Altiplano, Ludy Sánchez, para que a su vez puedan abrir puertas en la capital potosina y con el propio gobernador.

En el tema de Sapsam, Juan Carlos Pérez anda haciendo de todo para que no lo releguen de su cargo, ya ni los ciudadanos lo quieren pero se aferra a quedarse en esa Dirección. Curiosamente mientras se hacía la transición de administración y daba entrada a Raúl Ortega, había agua y con mucha presión en la mayoría de las casas de Matehuala. Andaba de quedabien pero esto no es solo un asunto local, La Comisión Estatal del Agua (CEA) ya no lo soporta y además el Instituto de Fiscalización Superior del Estado (IFSE) le pisa los talones con investigaciones por supuesto mal manejo de los recursos. Si quiere cobijarse con Raúl Ortega no será la solución y peor aún, para él, el presidente haría mal ante los ciudadanos «meter las manos al fuego» para rescatarlo.

Para la seguridad pública de Matehuala se espera que el ratificado director, Jorge Eduardo Peña, dé a conocer un plan de trabajo y que la sociedad esté enterada de lo que andan haciendo para proteger a los matehualenses. Peña se ganó la confianza de Raúl Ortega, pero si no trabaja con estrategias preventivas serán los propios ciudadanos quienes exijan resultados y si no llegan le podría costar el cargo.

Entre los cambios que se esperan para la segunda mitad del gobierno del Estado, está la destitución del delegado de SEDESORE en el Altiplano, Apolo Espinoza, luego de la infinidad de quejas ciudadanas en su contra y de supuesto mal trato a las mujeres encargadas de lo grupos de beneficiarios, además de lucrar con las despensas que envían desde SLP.

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