Seguramente alguna vez te ha pasado estar en una situación que te genera mucha ira y enojo, y aun después de que esto haya terminado te sigues sintiendo enojado y con poca paciencia, por lo tanto, no eres la persona más adorable, ni mucho menos la que más tolerancia posee en ese momento, y muchas veces, sin querer, esto nos provoca mal entendidos con personas totalmente ajenas a lo que provocó nuestro enojo.
Llegamos a herir con nuestras palabras o acciones a las personas que no han tenido nada que ver para que nosotros estemos experimentando esas emociones poco agradables, lo que solo genera más conflicto y no alguna especie de “liberación emocional”.
Y aunque esto pueda ser algo totalmente inconsciente o consciente, la realidad es que a todos en algún momento nos pasa, pero como siempre, podemos encontrar una manera de gestionar aquellas emociones que, de lo contrario, nos generan más conflicto e intranquilidad.
Pero antes, entendamos por qué solemos desquitarnos con otras personas cuando estamos enojados:
1. Transferencia emocional: Transferimos nuestras emociones negativas a alguien más, como una forma de aliviar nuestra tensión interna.
2. Desequilibrio emocional: Nuestro estado emocional interno está desequilibrado, lo que nos hace más propensos a reaccionar de manera exagerada o inapropiada.
3. Falta de regulación emocional: No somos capaces de regular nuestras emociones de manera efectiva, lo que lleva a una explosión de irritabilidad.
4. Estrés y sobrecarga: Estamos sobrecargados con estrés, ansiedad o responsabilidades, lo que nos hace más propensos a desquitarnos con otros.
5. Modelos de comportamiento: Aprendemos patrones de comportamiento de nuestras experiencias pasadas, familiares o sociales, que pueden incluir desquitarnos con otros.
6. Necesidad de control: Sentimos que no tenemos control sobre nuestra situación o emociones, por lo que intentamos controlar a otros mediante nuestra irritabilidad.
7. Falta de conciencia emocional: No somos conscientes de nuestras emociones o no las reconocemos, lo que nos lleva a reaccionar de manera automática.
8. Influencia de factores externos: Factores como el entorno, la cultura, los medios de comunicación o las redes sociales pueden influir en nuestro comportamiento y emociones.
Sin embargo, siempre podemos trabajar para evitar desquitarnos con otras personas, y para esto es importante considerar lo siguiente:
1. Reconocer y aceptar nuestras emociones.
2. Practicar la regulación emocional (respiración, meditación, ejercicio).
3. Establecer límites saludables.
4. Comunicarnos de manera efectiva.
5. Buscar apoyo emocional (amigos, familia, terapia).
6. Practicar la empatía y comprensión hacia los demás.
7. Aprender a manejar el estrés y la ansiedad.
Recuerda que la irritabilidad es un estado temporal, y que podemos aprender a manejarla de manera saludable.