La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condenó el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez, ocurrido la mañana del domingo 20 de octubre en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. El padre Marcelo, reconocido por su lucha en defensa de los derechos humanos y su oposición al crimen organizado, fue atacado a balazos tras oficiar una misa en el barrio de Cuxtitali.
El sacerdote abordó una camioneta Ford Titanium blanca para dirigirse a la iglesia de Guadalupe, pero al llegar a la calle Las Peras, fue interceptado por dos sujetos en motocicleta que comenzaron a dispararle. A pesar de las medidas de protección que le otorgaba la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) desde hace nueve años debido a amenazas contra su vida, el Padre Marcelo Pérez perdió la vida en el ataque.
Jesús Peña Palacios, representante adjunto de la ONU-DH en México, lamentó el asesinato y señaló que las medidas de protección resultaron «insuficientes» para evitar el crimen, calificando el acto como inaceptable. El Padre Marcelo había denunciado en múltiples ocasiones el incremento de la violencia en Chiapas, organizando marchas por la paz y exigiendo justicia por el asesinato de activistas como Simón Pedro, ocurrido en 2021.
Además de su trabajo como párroco en los municipios de Simojovel y Chenalhó, el sacerdote era conocido por su defensa de las comunidades más vulnerables y por recibir amenazas del crimen organizado, que incluso habían puesto precio a su vida. En septiembre pasado, Marcelo Pérez había declarado en una entrevista: “He luchado en contra de las injusticias, luchamos por la paz… pero vivimos bajo la protección de Dios”.
Hasta el momento, la Fiscalía de Chiapas no ha identificado a los responsables del ataque ni hay detenidos. Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que las autoridades ya están realizando las investigaciones necesarias para esclarecer el crimen.
