Un nuevo visitante ha llegado a nuestro vecindario cósmico: el asteroide 2024 PT5, un objeto del tamaño de un autobús escolar que ha captado la atención de los astrónomos. Este asteroide orbitará la Tierra hasta el 25 de noviembre, a una distancia considerablemente mayor que la de nuestra Luna, y aunque no es visible sin equipo especializado, su presencia en nuestra órbita plantea preguntas fascinantes sobre la posibilidad de una segunda “luna”.
¿Qué es 2024 PT5 y por qué no es una “verdadera luna”?
Llamar a 2024 PT5 una “miniluna” es una exageración, explica Thomas Statler, científico de la NASA. Para ser considerado una luna auténtica, el objeto tendría que estar ligado gravitacionalmente al sistema Tierra-Luna y completar múltiples órbitas alrededor de nuestro planeta, condiciones que no cumple. Aunque 2024 PT5 será un visitante interesante, su estadía será breve, y pronto continuará su trayectoria por el espacio.
A lo largo de los siglos, la Tierra ha visto la aparición de “cuasi-lunas” y asteroides que pasan cercanos a nuestro planeta. En 2016, los astrónomos descubrieron a Kamo’oalewa, un pequeño asteroide que orbita de manera sincronizada con la Tierra y que probablemente nos acompañará durante los próximos 300 años. Sin embargo, como en el caso de 2024 PT5, Kamo’oalewa no está lo suficientemente ligado a nuestro planeta para ser considerado un satélite natural auténtico.
¿Qué sucedería si la Tierra tuviese dos lunas?
La influencia de nuestra única y verdadera Luna en la Tierra es profunda, especialmente en las mareas oceánicas. Los ciclos lunares afectan tanto a los ecosistemas marinos como a actividades humanas como la pesca y el comercio marítimo. Tener dos lunas con un tamaño similar al de la actual generaría cambios considerables en el comportamiento de las mareas, y con ello, alteraría diversos aspectos de la vida en nuestro planeta. No obstante, los científicos aseguran que tal evento es extremadamente improbable.
Vigilancia constante de los objetos cercanos a la Tierra
Cada año, los astrónomos monitorean miles de objetos que pasan cerca de la Tierra para prever cualquier amenaza de colisión y estudiar sus características. La NASA ha mejorado su capacidad de detección de asteroides pequeños, gracias en parte a avances como el proyecto DART, que recientemente demostró que podemos redirigir un asteroide, abriendo posibilidades para la defensa planetaria.
Según el astrónomo Andrew Rivkin, 2024 PT5 representa una de las primeras veces que los científicos han anticipado la llegada de una mini-luna. Esta predicción precisa es un hito que demuestra la capacidad humana para rastrear y comprender estos visitantes celestes.
El próximo gran visitante: el asteroide Apofis
En abril de 2029, el asteroide Apofis, de 300 metros de ancho, pasará a solo 10 veces la distancia entre la Tierra y la Luna. Aunque será visible a simple vista y no representa una amenaza, su proximidad demuestra lo fascinante y complejo que es nuestro espacio cercano. Para una nueva generación de “cazadores de asteroides”, eventos como este y la visita de 2024 PT5 son recordatorios de que el universo está lleno de maravillas que esperan ser observadas y comprendidas.