En una noche llena de emociones y con el peso de una promesa en el aire, los Dodgers de Los Ángeles vencieron a los Yankees de Nueva York en el quinto juego de la Serie Mundial 2024, llevándose el campeonato con un dramático marcador de 7-6. Con este triunfo, el equipo angelino aseguró su octavo título de las Grandes Ligas, uno que estaba dedicado al recordado Fernando Valenzuela, ícono mexicano de la franquicia, fallecido apenas una semana atrás.
La victoria californiana en Yankee Stadium fue tan vibrante como inesperada. En la parte baja de la octava entrada, con dos Yankees en base, el relevista Blake Treinen eliminó a Anthony Rizzo, un ponche clave que selló el destino del partido. La tensión fue evidente en el rostro del mánager Dave Roberts, criticado en ocasiones por su estilo conservador, pero esa noche fue todo lo contrario. La precisión de Treinen dejó sin aliento a los Bombarderos del Bronx y dio a los Dodgers el respiro que necesitaban para finiquitar la serie.
La atmósfera en el estadio fue eléctrica y nostálgica; hacía 43 años que no se disputaba un Clásico de Otoño entre estos legendarios rivales. Mookie Betts, el jardinero derecho de los Dodgers, hizo historia con un batazo en el octavo inning, permitiendo que Tommy Edman cruzara el plato y marcara la carrera decisiva. Aunque el batazo no fue más que un elevado de sacrificio atrapado por Aaron Judge, fue suficiente para romper el empate y asegurarse la victoria en terreno enemigo. La celebración fue eufórica, tanto en la cancha como en el dugout angelino: la misión estaba cumplida.
Los Yankees, que en un punto llegaron a dominar con una ventaja de 5-0, vieron cómo tres errores cruciales en la parte alta del quinto episodio redujeron su margen de manera irremediable. Roberts y su equipo se mantuvieron firmes a pesar de la ofensiva neoyorquina, que luchó hasta el último instante. Sin embargo, parecía que este título estaba destinado a los Dodgers, y para un Fernando Valenzuela cuyo legado se sintió más vivo que nunca, incluso desde el cielo.
Este memorable enfrentamiento, colofón de una temporada de ensueño, quedará grabado en la historia del béisbol como el título de los Dodgers dedicado al “Toro”.
