Las principales cadenas de comida rápida en Estados Unidos han tomado medidas urgentes para eliminar temporalmente las cebollas frescas de sus menús tras la sospecha de que esta hortaliza causó un brote de E. coli en varios estados, afectando principalmente a McDonald’s, donde se reportaron 49 personas enfermas y una muerte. La decisión de eliminar las cebollas en una quinta parte de los 14,000 restaurantes de la cadena en el país destaca un problema de seguridad alimentaria que, según expertos, plantea mayores desafíos en productos frescos que en carne.
De acuerdo con el Departamento de Agricultura, el brote se originó en el Medio Oeste y algunos otros estados. Aunque en el pasado los brotes de E. coli se asociaban más con la carne de vacuno, esto cambió después de que los reguladores estadounidenses implementaran medidas más estrictas tras un incidente de 1993 en la cadena Jack in the Box, que causó la muerte de cuatro personas y dejó a 170 hospitalizadas.
Para los especialistas, la principal diferencia radica en que los productos frescos, como las cebollas, no se cocinan y, por lo tanto, no reciben el tratamiento de calor que elimina la mayoría de los patógenos, algo que sí sucede con la carne. “La cocción adecuada es una ‘bala de plata’ contra la contaminación”, explicó Donald Schaffner, experto en seguridad alimentaria de la Universidad de Rutgers.
El cultivo al aire libre también presenta riesgos adicionales de contaminación para frutas y verduras, ya que la exposición a heces de fauna salvaje o a estiércol no tratado puede contaminar el agua de riego. Según Mansour Samadpour, director ejecutivo de IEH Laboratories and Consulting Group, E. coli es un patógeno común en los intestinos de los animales, incluyendo ganado vacuno, gansos y ciervos, lo que incrementa la probabilidad de transmisión a través de los cultivos.
Las cadenas de comida rápida exigen pruebas de seguridad rigurosas en sus ingredientes frescos, pero, según los expertos, estas pruebas no detectan todos los niveles de contaminación, especialmente cuando el producto está limpio, lo que dificulta la detección de E. coli en niveles bajos. «Cuanto más limpio está el producto, más difícil es detectarlo», añadió Samadpour.
El reciente brote de E. coli en las cebollas frescas expone la vulnerabilidad de los productos agrícolas en entornos de comida rápida, donde la seguridad alimentaria de ingredientes frescos sigue siendo un reto constante, a pesar de los avances en la regulación de carne de vacuno y otros alimentos de origen animal.