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Cada año, durante las celebraciones de Día de Muertos en México, las “calaveritas literarias” hacen su aparición en las calles, escuelas y en medios de comunicación. Estas ingeniosas y a menudo humorísticas rimas son una de las tradiciones más singulares del país, pero ¿de dónde viene esta peculiar costumbre?

Las calaveritas literarias surgieron en el México del siglo XIX como un tipo de sátira escrita que, en tono de humor, refleja la crítica social de la época. Desde sus inicios, las calaveras han sido poemas burlescos, en su mayoría dedicados a figuras públicas, familiares o amigos, en los que se narran, de manera ficticia y cómica, su fallecimiento y el encuentro con la muerte. La idea es exponer sus virtudes y defectos con ingenio, resaltando tanto sus logros como sus debilidades, siempre en un tono ligero y amistoso.

Un origen incierto y popular

Si bien no hay un registro exacto sobre el origen de las calaveritas literarias, existen registros de versos de temática de muerte en la literatura popular de Nueva España. Sin embargo, se atribuye el inicio formal de las calaveras literarias a la publicación de una de las primeras en 1849 en un periódico satírico, La Calavera. Este poema era una sátira en la que se burlaban de figuras políticas y sociales, algo que rápidamente se popularizó entre los lectores.

Con el tiempo, estas rimas humorísticas comenzaron a afianzarse en los periódicos y revistas mexicanas, donde se hacían comentarios críticos sobre la política y la sociedad de una forma tan ingeniosa que eran bien recibidas por el público y, a menudo, por los mismos criticados. El uso de la sátira como medio de expresión se convirtió en una tradición profundamente mexicana, ya que se combinaba la visión humorística de la vida y la muerte característica de la cultura mexicana.

Estructura y evolución

Las calaveritas literarias suelen estar compuestas por versos rimados de cuatro líneas, conocidos como cuartetos, aunque también pueden extenderse en composiciones más largas. A lo largo de los años, su forma se ha mantenido similar, pero el lenguaje y los temas han evolucionado conforme la sociedad mexicana ha cambiado. Ahora es común ver calaveritas literarias dedicadas a todo tipo de figuras, desde personajes políticos hasta celebridades de la cultura popular e incluso personajes ficticios, lo que refleja la versatilidad y modernidad de la tradición.

Significado y valor cultural

Las calaveritas literarias son mucho más que una serie de versos cómicos: son una forma de expresión que permite a los mexicanos hablar de la muerte con humor y sin miedo, desdramatizando su significado. Además, la crítica social que encierran muchas de ellas representa la visión del pueblo, una visión que se expresa con libertad y creatividad, preservando así una de las esencias de la cultura mexicana.

Hoy en día, la tradición de las calaveritas literarias sigue viva en todo el país. En las escuelas, se enseña a los niños a crear sus propias calaveras, manteniendo la costumbre viva y permitiendo que las nuevas generaciones participen de esta expresión única. La esencia de las calaveritas radica en su capacidad para conectar a los mexicanos con su historia, sus creencias y su sentido del humor, mientras celebran la vida y la muerte de una manera única y orgullosamente mexicana.