Varios factores biológicos y psicológicos influyen en los cambios de humor en el embarazo, mientras que la actividad hormonal se modifica para ayudar al cuerpo a prepararse para lo que comprende este nuevo ciclo, emociones como el miedo, la preocupación y la irritabilidad se vuelven una constante.
Es así como la mujer, en cuestión de minutos, puede pasar de la alegría al llanto o de la euforia a la ansiedad. ¡No es gusto por el drama! Las causas detrás son las siguientes.
Ajustes hormonales
Tan pronto como ocurre el embarazo, el cuerpo y el cerebro de la mujer empiezan a sufrir una serie de ajustes que posibilitan el desarrollo del bebé. En gran medida, ello está influenciado por la actividad de hormonas como los estrógenos y la progesterona, cuyos niveles aumentan a medida que avanza la gestación.
Fatiga y problemas de sueño
Los niveles elevados de estrógenos y progesterona, sumados al nerviosismo propio de la nueva etapa, suelen conducir a fatiga e insomnio. Durante las primeras 10 o 12 semanas de la gestación, la sensación de cansancio impide realizar con normalidad muchas de las tareas cotidianas.
Síntomas físicos
Los síntomas físicos del embarazo, como las náuseas, la necesidad urgente de orinar, los gases, el estreñimiento y más, pueden tener repercusiones a nivel emocional y psicológico. Entre la semana 6 y 10, cuando son más intensos, reducen la sensación de bienestar y provocan estrés y ansiedad.