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Paul McCartney cierra el Corona Capital con una noche inolvidable

Con la camisa arremangada y su inconfundible carisma, Paul McCartney pisó el escenario principal del Corona Capital 2024 para cerrar con broche de oro su gira Got Back Tour en México. Este fue el último de sus tres conciertos en el país, y aunque se enfrentó a un público diferente al de sus anteriores presentaciones en el Estadio GNP, logró convertir la noche en una experiencia única.

A diferencia de los fanáticos más dedicados que asistieron a los conciertos anteriores, el público del festival estaba compuesto en su mayoría por curiosos que no querían perder la oportunidad de ver a la leyenda viva de The Beatles. Para muchos, podría ser la última vez que McCartney se presente en México, aunque lo mismo se pensaba tras su visita en 2023.

McCartney inició su set con piezas menos conocidas de su carrera en solitario, como Valentine’s Day, lo que generó una recepción tibia entre los asistentes. Sin embargo, cuando comenzaron a sonar los clásicos de The Beatles como A Hard Day’s Night, el ambiente cambió por completo. Los presentes se sumergieron en la magia de su música, coreando cada nota y llenando el aire con nostalgia.

Con su característico esfuerzo por conectar con el público, Paul sorprendió al hablar en español:
«Hola México, quiúbole banda. Está chingón estar aquí de nuevo», comentó entre risas antes de interpretar Maybe I’m Amazed. Aunque se le notaba más serio que en sus conciertos en el Estadio GNP, su determinación por ofrecer un espectáculo inolvidable quedó patente en cada interpretación.

Uno de los momentos más conmovedores llegó con Blackbird y Now and Then, esta última un homenaje a John Lennon que hizo brotar lágrimas entre el público. Los asistentes, al principio reservados, se unieron al coro masivo de Love Me Do y Hey Jude, haciendo vibrar el festival.

La noche también contó con una sorpresa especial: St. Vincent, quien había actuado el día anterior en el festival, subió al escenario para acompañar a McCartney en Get Back, agregando una energía única a uno de los clásicos del álbum Let It Be.

El concierto culminó con una serie de éxitos inigualables: Let It Be, Helter Skelter y The End. McCartney, ondeando la bandera mexicana, despidió la noche con un público que, aunque al principio parecía poco familiarizado con su repertorio, terminó rendido ante su grandeza.

Paul McCartney demostró, una vez más, por qué es una leyenda viviente de la música. Su capacidad de conectar con diferentes generaciones y contextos asegura que su legado permanecerá vivo mucho después de que las luces del escenario se apaguen.