La medalla de San Benito es conocida por su poderosa intercesión contra el mal. Este es su significado.
Los orígenes de la medalla de san Benito datan de siglos atrás. El Papa Benedicto XIV ideó el diseño y lo aprobó en 1742, concediendo indulgencias a quien la llevara con fe.
En la parte trasera está san Benito, quien sostiene en la mano derecha una cruz que se eleva hacia el cielo, y en el brazo izquierdo el libro abierto con la Santa Regla. En el fondo hay un altar; se encuentra también un cáliz del que sale una serpiente, que recuerda un episodio de la vida del santo cuando unos monjes quisieron envenenarlo y él, haciendo la señal de la cruz, hizo que la copa se rompiera en pedazos.
Alrededor de la medalla de san Benito están acuñadas estas palabras: “EIUS IN OBITU NOSTRO PRESENTIA MUNIAMUR”, que significan: Podemos ser protegidos con su presencia en la hora de nuestra muerte.
Al frente de la medalla se encuentra la cruz de San Benito y las iniciales de un texto. Estos versos son muy antiguos. Aparecen en un manuscrito del siglo XIV que testimonian la fe en el poder de Dios y del santo.
El significado de las iniciales en la medalla de san Benito es:
C.S.P.B. (Crux Sancti Patris Benedicti) La Cruz del Santo Padre Benito
C.S.S.M.L. (Crux Sacra Sit Mihi Lux) La Cruz Santa sea mi Luz.
N.D.S.M.D. (Non Drago Sit Mihi Dux) No sea el demonio quien me conduzca.
V.R.S. (¡Vade Retro, Satana!) ¡Aléjate Satanás!
N.S.M.V. (Numquam Suade Mihi Vana) No me atraigas a la vanidad.
S.M.Q.L. (Sunt Mala Quae Libas) Son malas tus bebidas.
El origen de la Medalla de San Benito
La devoción a la medalla y de la cruz de san Benito se hizo popular en el año 1050 después de la curación milagrosa de un joven llamado Brunone, hijo del Conde Ugo de Eginsheim en Alsazia. Brunone, dicen algunos, fue curado de una gravísima enfermedad después de que se le impuso la medalla de san Benito. Años más tarde se hizo monje benedictino y llegó a ser Sumo Pontífice: San León IX, quien murió en 1054. Entre los protagonistas de la difusión de la medalla hay que incluir a san Vicente de Paul.
Finalmente, es preciso recordar que la medalla de san Benito no es un amuleto ni nada por el estilo. Es, ante todo, un modo de recordar la presencia de Dios en nuestras vidas y un símbolo de nuestro deseo de servirle y amarle a través del servicio a los demás.
Para reforzar esto, cuando esta medalla es bendecida, el sacerdote suele pronunciar una oración cuyo contenido aclara a los fieles que la protección contra el mal no la reciben del objeto, sino de Dios.