La Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción se vistió de fiesta este 2 de febrero, Día de la Candelaria, para celebrar una tradicional ceremonia de bendición. Cientos de feligreses se dieron cita en el templo para recibir la bendición de sus semillas, velas, imágenes del Niño Dios y de sus pequeños.
Con devoción y alegría, los asistentes llevaron sus objetos más preciados para que fueran consagrados. Las semillas, símbolo de esperanza y renovación, fueron bendecidas con la intención de asegurar una buena cosecha. Las velas, portadoras de luz, recibieron la bendición para iluminar los caminos y alejar las tinieblas.
Los pequeños de la comunidad también fueron protagonistas de esta celebración, recibiendo la bendición de agua bendita como signo de protección y guía espiritual. Las imágenes del Niño Dios, vestidas con coloridos atuendos, fueron presentadas ante el altar para ser bendecidas y recibir la gracia divina.
El párroco, dirigió una emotiva homilía en la que resaltó la importancia de estas tradiciones y su significado para la comunidad. “La bendición de las semillas, las velas y los niños es una muestra de nuestra fe y confianza en Dios. Pedimos su protección y su guía para que nos acompañe en este nuevo año”, expresó el sacerdote.