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A punto de estrenarse una serie impactante: “Las Poquianchis”, en Netflix

Prepárense para una serie que promete estremecer. Netflix está a punto de lanzar una producción inspirada en la infame historia de “Las Poquianchis”, mujeres originarias de Jalisco que cometieron atrocidades inimaginables en San Francisco del Rincón y otras partes de Guanajuato.

Con un elenco de primer nivel que incluye a Arcelia Ramírez, Poncho Herrera y Joaquín Cosío, esta serie narrará los oscuros crímenes de Las Poquianchis, mezclando terror y suspenso de una manera única.

Sin duda, esta serie se perfila como una de las más impactantes inspiradas en la historia de Guanajuato, y no querrán perdérsela.

Las Poquianchis

El caso Poquianchis en San Juan del Río versa entre la realidad y la ficción. Es una leyenda urbana de las mayormente difundidas en la ciudad. La historia negra de las hermanas María del Carmen, Delfina, María de Jesús y María Luisa “Eva” González Valenzuela, conocidas como Las Poquianchis, cuenta sobre un sitio ubicado en San Juan del Río que alquilaron para instalar un burdel.

Las Poquianchis, manejaban una red de prostíbulos en varios lugares de la zona del bajío, principalmente en los estados de Guanajuato y Jalisco. Tuvieron una cruel historia de crimen que estremeció no sólo a México, sino a todo el mundo. Este caso está considerado entre los veinte genocidios más escandalosos del siglo XX acontecidos en México.

Estas mujeres obligaban a sus víctimas, la gran mayoría mujeres muy jóvenes, incluso menores de edad, a prostituirse, caso que a lo largo de al menos una década (1954 a 1964) cobró muchas vidas. Se les dio muerte a mujeres, neonatos e infantes -producto de las relaciones que sostenían-, lo mismo a algunos clientes; sus cuerpos fueron sepultados en estos lugares clandestinamente. Por estos y otros delitos, a las hermanas González Valenzuela se les condenó a cuarenta años de prisión.

Se dice que el lupanar que Las Poquianchis establecieron en San Juan del Río se ubicó en una casa que rentaron sobre la calle Melchor Ocampo. Este lugar era manejado por un administrador de las hermanas González. Ellas nunca vinieron a San Juan del Río, para eso estaba el administrador quien les rendía cuentas periódicas del negocio.

En la tradición oral se cuenta que, en algún momento, Las Poquianchis, mediante engaños, secuestraban a señoritas de San Juan del Río y las trasladaban a Guanajuato para «trabajar» en los burdeles; lo mismo hacían con mujeres de aquella entidad con el fin de que si lograban escapar no supieran dónde se encontraban.

La “Casa Poquianchis” en San Juan del Río es desde hace muchos años una vecindad en la que se rentan habitaciones y espacios independientes al interior. El lugar está en mal estado, lo cual le proporciona cierta atmósfera lúgubre. Tiene un gran patio bordeado por diversos cuartos diminutos. Hay perros y gatos como mascotas y algunos animales de granja que deambulan en el patio lleno de tendederos para secar ropa al sol. A la izquierda de la entrada principal está lo que fue un gran salón que fue el negocio en comento. En efecto fue un “bar” que se conoció en principio como El Burro, luego como El Treinta y hacia el final como Río Rita.

Vecinos cercanos al lugar que han vivido casi toda su vida en esas inmediaciones, platican que por las tardes de este sitio salían ciertas damas que siempre iban acompañadas por otra de mayor edad que las controlaba de forma discreta, las vigilaba. Estas mujeres casi siempre vestían de oscuro, del cuello a los pies, para salir a la calle. Quienes las vieron dicen que eran muy bonitas, tan así que a una de ellas le decían «la María Félix» por su parecido con la actriz.

La historia macabra de Las Poquianchis se empezó a escribir cuando en 1964 salieron a la luz sus fechorías, gracias a la denuncia de señoritas que escaparon y lo dijeron todo.

Aunque hay voces que ponen en duda la veracidad del burdel de Las Poquianchis en San Juan del Río tampoco podemos descartarlo, pues hay testigos de la época que con sus relatos dan por hecho que coincidentemente fue cerrado justo al mismo tiempo y cumplió con los detalles declarados por las mismas Poquianchis en sus testimonios cuando fueron aprehendidas.

El pintor sanjuanense Armando Otero Castillo, realizó una pintura en la que plasmó a estas damas con su «celadora», en una escena de cuando salían a la calle. En su juventud Otero las vio.

El conocimiento de la macabra historia de Las Poquianchis se ha vuelto una leyenda urbana que, aunque fue un hecho real, se ha prestado para que los agentes del turismo y vecinos cercanos al lugar, cuenten historias modificadas en torno a alimentar el morbo del público que se acerca a visitar la casa.

Trato aquí esta curiosa historia que hoy forma parte de la cultura popular sanjuanense, llena de leyendas basadas en hechos, monumentos o personajes reales. La mayoría de lo que se cuenta es leyenda y cada día que pasa le aumentan más. Lo único cierto es que las leyendas son solo eso: narraciones populares que cuenta un hecho real o fabuloso, adornado con elementos fantásticos o maravillosos del folclor, que en su origen surgieron de la tradición oral. La historia real y verdadera es otra, no se vayan con la finta.

*Fotografía de la supuesta «Casa Poquianchis» en la ciudad de San Juan del Río, Querétaro. Colección del cronista.

*Publicado en mi columna «El cronista sanjuanense» el domingo 09 de julio de 2023 en Diario de Querétaro y El Sol de San Juan del Río.