La esquizofrenia es una de las enfermedades mentales más peligrosas, ya que afecta la funcionalidad en la sociedad, el trabajo, la escuela y las relaciones personales, según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Este trastorno suele diagnosticarse entre los 16 y 30 años, generalmente tras un primer episodio de psicosis. En los adolescentes, el riesgo es mayor, mientras que en niños pequeños es poco frecuente.
Las mujeres con esquizofrenia son más propensas a recibir diagnósticos erróneos y tienen un mayor riesgo de cáncer de mama, posiblemente relacionado con la hiperprolactinemia inducida por ciertos medicamentos como la risperidona. Estudios genéticos han encontrado marcadores comunes entre esquizofrenia y cáncer de mama. En los hombres, el pronóstico suele ser más negativo cuando hay antecedentes familiares, síntomas tempranos o uso de sustancias.
Antes de la aparición clara de la esquizofrenia, ocurre un periodo inicial conocido como prodrómico, en el que pueden manifestarse cambios en el comportamiento y el pensamiento. Entre los síntomas más comunes están:
- Pérdida de contacto con la realidad
- Pensamientos confusos
- Alucinaciones
- Delirios
- Catatonia
El uso de medicamentos como la olanzapina y la clozapina puede provocar aumento de peso, lo que contribuye a problemas cardíacos. También se ha observado un mayor riesgo de enfermedades respiratorias y, aunque es raro, algunos estudios han encontrado vínculos genéticos con la psoriasis.