El golpe de calor, también conocido como hipertermia, es una condición médica grave que puede poner en riesgo la vida de tu perro. Esta ocurre cuando la temperatura corporal del animal se eleva a niveles peligrosos, especialmente durante días calurosos o en ambientes con alta humedad. A diferencia de los humanos, los perros no sudan eficientemente, por lo que dependen del jadeo y la respiración para regular su temperatura. Esto los hace más vulnerables al calor extremo.
Si sospechas que tu perro está sufriendo un golpe de calor, es vital actuar de inmediato mientras buscas atención veterinaria. Llévalo a un lugar fresco y sombreado, o con aire acondicionado. Ofrécele agua fresca sin obligarlo a beber. Puedes enfriar su cuerpo con una toalla húmeda (no helada), concentrándote en zonas como ingles y axilas. Usa un ventilador para ayudar a disipar el calor, pero evita aplicar hielo o agua muy fría, ya que esto puede empeorar la situación. Monitorea su temperatura si tienes un termómetro (lo normal es de 38 a 39 °C); si supera los 40 °C, es una emergencia. Lleva a tu mascota al veterinario lo antes posible y no intentes tratarlo únicamente en casa, ya que podría requerir fluidoterapia y atención especializada para recuperarse por completo.
