En la última década, el consumo de alimentos sin gluten ha crecido de forma exponencial, impulsado por una creciente percepción de que suprimir esta proteína mejora la salud. Esta tendencia, lejos de frenarse, apunta a un crecimiento sostenido: se estima que el mercado mundial de alimentos sin gluten alcanzará los 14 mil millones de dólares en 2032.
Pero más allá de la moda y el marketing, la pregunta clave es: ¿realmente es bueno dejar de consumir gluten?
El gluten es una proteína presente en cereales como el trigo, el centeno y la cebada. Según Melinda Dennis, dietista del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston (BIDMC), actúa como un aglutinante que da estructura, textura y sabor a muchos alimentos, como el pan. Lejos de ser perjudicial, el trigo —una fuente principal de gluten— aporta proteínas, fibra, hierro y vitaminas que contribuyen a una dieta saludable, especialmente en su versión integral.
Los expertos coinciden en que solo ciertas personas deben eliminar el gluten de su dieta. En primer lugar, quienes padecen enfermedad celíaca —un trastorno autoinmune— deben evitarlo completamente, ya que el consumo de gluten provoca lesiones en su intestino delgado. También existen casos de sensibilidad al gluten no celíaca, en los que se presentan molestias digestivas sin daño intestinal aparente.
Personas con síndrome del intestino irritable o alergia al trigo podrían beneficiarse parcialmente de una dieta libre de gluten, aunque no siempre con resultados concluyentes, señala el gastroenterólogo Ciaran Kelly.
Las etiquetas «sin gluten» comenzaron a popularizarse en 2014, incluso en productos que nunca contenían gluten como el agua o las papas fritas, lo que contribuyó a la percepción de que el gluten debía evitarse a toda costa.
«Fue un efecto secundario del marketing», afirma Janelle Smith, dietista de la UCLA y paciente celíaca. Y es que, a diferencia de etiquetas como «cardiosaludable», «sin gluten» no implica beneficios universales para la salud, sino simplemente la ausencia de una proteína que solo el 1% de la población necesita evitar por enfermedad celíaca.
Aunque muchas personas creen que eliminar el gluten es sinónimo de vida saludable o pérdida de peso, los estudios sugieren lo contrario. Investigaciones recientes revelan que los productos sin gluten suelen contener más grasas, azúcar y calorías, pero menos fibra, proteínas y micronutrientes esenciales como hierro y folato.
«Muchos productos sin gluten están hechos con harinas refinadas y almidones que no aportan los mismos nutrientes que el trigo integral», indica Dennis.
El Grupo de Intolerancia al Gluten también alerta sobre la baja ingesta de fibra en las dietas sin gluten, un nutriente esencial para la salud intestinal y general.
Además, la eliminación del gluten no ha mostrado beneficios significativos para condiciones autoinmunes no celíacas o en el rendimiento deportivo, y podría llevar a deficiencias nutricionales si no se realiza bajo supervisión médica.