John Cena escribió su nombre en los libros de récords de la WWE de la manera más inesperada: convertido en un villano. En una noche llena de emociones, traiciones y momentos dramáticos, el otrora ídolo de los niños mostró su lado más oscuro para convertirse en el máximo ganador de Campeonatos Mundiales en la historia de la WWE, superando la marca de Ric Flair con 17 reinados.
El enfrentamiento entre John Cena y Cody Rhodes fue una batalla intensa, donde ambos demostraron por qué podrían ser la cara de la compañía. Sin embargo, el veterano Cena tomó la iniciativa desde el principio, mostrando una actitud nunca antes vista: burlándose, humillando y pisando a Rhodes cada vez que tenía oportunidad.
El ex-campeón aplicó su clásico «Ajuste de Actitud», estuvo cerca de ganar, pero Rhodes logró levantarse a tiempo. Más tarde, Cena intentó su movimiento característico desde la esquina, pero el monarca resistió. A pesar de los esfuerzos del «Campeón del Pueblo», Cody respondió con un «Cross Rhodes», pero el árbitro no estaba en condiciones de contar debido a un golpe previo.
En un giro sorpresivo, Cena recurrió a las artimañas: quitó el protector de la esquina para golpear a Rhodes y casi logra la victoria. Pero el caos no terminó ahí: el rapero Travis Scott apareció en escena, inicialmente como un factor de calma, pero terminó siendo utilizado por Cena para evitar la derrota.
Scott incluso jaló al árbitro para evitar que Rhodes ganara, lo que provocó que el campeón lo eliminara con otro «Cross Rhodes». Sin embargo, en el momento clave, cuando Cody iba a atacar con el cinturón, Cena pidió clemencia y, en un acto de vileza, lo golpeó con un foul, aprovechó para castigar a Rhodes con el título y robar la victoria con trampa.
Con esta polémica victoria, John Cena se convirtió en el luchador con más campeonatos mundiales en la WWE (17), superando a Ric Flair. Pero lo hizo de la manera menos esperada: traicionando a su legado como héroe y adoptando un rol de villano que dejó a la audiencia atónita.