Una nueva crisis en el sistema de salud pública sacude al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en las cuatro zonas de San Luis Potosí, donde pacientes de hemodiálisis quedaron sin tratamiento debido a la falta de insumos básicos en algunas clínicas.
De acuerdo con los testimonios, este no es un hecho aislado. Casos similares se han repetido en distintas ocasiones, sin que se tomen medidas efectivas para garantizar la continuidad de los tratamientos. La interrupción repentina no solo afecta la salud física de los pacientes, sino también su estabilidad emocional y económica.
Los afectados acusan omisión, desorganización y falta de sensibilidad por parte de las autoridades del ISSSTE, que hasta el momento no han ofrecido una respuesta clara ni un plan de contingencia. Para muchos, la negligencia institucional se ha convertido en un enemigo tan letal como la enfermedad renal que enfrentan cada día.
Organizaciones civiles y familiares exigen una intervención inmediata para restablecer los tratamientos y prevenir que esta situación vuelva a repetirse. Mientras tanto, el silencio oficial alimenta la indignación y la desesperación de quienes siguen esperando una solución.