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Rumores, rumores y más rumores: el presente de Atlético de San Luis

Rumores, rumores y más rumores. Es lo único que tiene el Atlético de San Luis rumbo al Apertura 2025. No hay certezas, no hay proyecto, ni siquiera hay entrenador. Solo hay silencio desde las oficinas del club y una afición que se agarra de lo poco que puede: las filtraciones, los chismes de pasillo y las teorías de redes sociales.

Domènec Torrent, el último director técnico del equipo, está a punto de convertirse en el nuevo entrenador de las Chivas. Y si eso ocurre, prepárense, porque vendrán las comparaciones dolorosas. Sería el clásico caso del “lo que pudo ser y no fue”, lo mismo que pasó con André Jardine, tricampeón del fubtol mexicano, otra señal de que San Luis tiene un problema grave para retener talento, tanto en la cancha como en el banquillo.

Y hablando de banquillo, claro que sonó un nombre fuerte, Fernando Diniz, entrenador de la selección de Brasil hasta hace poco. Los medios brasileños reportaron que tuvo conversaciones con el grupo de Jacobo Payán. Pero, siendo honestos, era un sueño imposible. Diniz terminó firmando este fin de semana con el Vasco da Gama, un club con historia, estructura y ambición. En otras palabras: demasiado cartel para tan poca seriedad como la que hoy transmite el Atlético de San Luis.

Mientras eso pasa, la afición potosina vive en un déjà vu eterno cada semestre. Suenan bajas, se filtran salidas, y el miedo se instala. Dourado y Sanabria son los nombres que más preocupan. Ambos han sido figuras clave, y ambos están en la mira de otros clubes. Lo peor es que la incertidumbre no viene del exterior. Viene desde adentro. Desde una dirigencia que parece no tener rumbo. Desde un club que no blinda a sus jugadores importantes y que, por el contrario, tiene la oreja siempre atenta y la cartera siempre abierta para escuchar cualquier oferta. Y creánme, aceptarán lo que llegue.

Mientras tanto, el club no suena para refuerzos, no suena para técnicos, no suena para nada. Solo para rumores. Todo esto en plena pretemporada, cuando los equipos serios ya están armando sus plantillas, cerrando fichajes y trabajando con sus entrenadores. San Luis, en cambio, sigue viendo pasar el tiempo, como si el Apertura 2025 fuera una meta lejana y no un tren que ya viene en marcha.

Y claro, en medio del silencio, la afición llena los vacíos. En redes sociales ya circulan teorías como la de que Dourado eliminó de su bio de Instagram la mención al club. ¿Es cierto? Tal vez. ¿Importa? Sí. Porque la percepción, en estos casos, es casi tan importante como la realidad.

Es cierto, aún falta tiempo. Pero también es cierto que el tiempo no perdona a los que no planean. Este club necesita arrancar un nuevo proyecto ya, definir quién será su entrenador, quiénes serán sus pilares y cuál es la visión para este torneo. Porque si siguen esperando, seguirán repitiendo la misma historia: arranques flojos, planteles parchados, y, al final, otro torneo tirado a la basura.

La afición potosina no merece rumores. Merece certezas. Merece un club que no funcione por reacción, sino por convicción. Porque mientras otros equipos se refuerzan, estructuran y planifican, San Luis solo tiene lo de siempre: rumores, rumores… y más rumores.