La posibilidad de la eliminación del requisito de visa canadiense para ciudadanos mexicanos cobra fuerza. A pesar de los recientes ajustes en la política migratoria de Canadá bajo el Primer Ministro Mark Carney, la relación bilateral con México se fortalece, sentando las bases para esta medida.
La administración de Carney ha redefinido los objetivos de inmigración, con una reducción gradual de admisiones y límites a residentes temporales hasta 2027. Sin embargo, estas medidas no apuntan específicamente a México. La comunicación directa y el interés en el crecimiento económico mutuo entre Carney y la Presidenta Claudia Sheinbaum, evidenciada por la invitación de esta última al G7, sugieren un panorama favorable.
La eliminación de la visa traería consigo múltiples beneficios para México. Primero, facilitaría el turismo y los negocios, impulsando significativamente los viajes recreativos y de negocios, lo que a su vez aumentaría el flujo económico y cultural entre ambos países. También podría derivar en programas de movilidad laboral más estructurados y beneficiosos para trabajadores mexicanos calificados, fomentando una migración ordenada y segura. En el ámbito económico, la confianza bilateral consolidada fomentaría mayores oportunidades para empresas mexicanas en Canadá y la atracción de inversión canadiense en México, generando empleo y estabilidad económica. Finalmente, sería una clara señal de la confianza mutua y del éxito en la gestión de flujos migratorios responsables por parte de ambos gobiernos.
Analistas aseguran que una vez que Canadá estabilice su sistema migratorio bajo las nuevas directrices y se fortalezcan los mecanismos de cooperación, la eliminación de la visa sería un paso lógico, reconociendo la contribución mexicana y facilitando lazos más profundos entre ambas naciones.