A lo largo de la historia, han ocurrido misterios que desafían la lógica y la ciencia moderna. Uno de los más enigmáticos es la historia del SS Baychimo, un barco mercante que desapareció y reapareció varias veces durante décadas en las gélidas aguas del Ártico, ganándose el título de “barco fantasma”.
Construido en 1914 en Suecia bajo el nombre original de Ångermanelfven, esta embarcación fue diseñada para transportar mercancías entre Alemania y Escandinavia. Sin embargo, tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, su destino cambió radicalmente. Al finalizar el conflicto, Alemania lo entregó como parte de pago por daños de guerra al Reino Unido, y fue vendido a la Compañía de la Bahía de Hudson, que lo rebautizó como SS Baychimo y lo destinó a rutas comerciales entre Escocia y Canadá.
A partir de 1923, comenzó a navegar por el Ártico Occidental, incluso transportando pasajeros de manera ilegal, al hacerlos pasar como parte de la tripulación. Durante varios años, el Baychimo funcionó sin mayores incidentes, hasta que en octubre de 1931, su historia tomó un giro inexplicable.
Mientras realizaba su ruta habitual cerca de Alaska, una súbita corriente de aire frío atrapó al barco entre el hielo. La tripulación se refugió en el cercano puerto de Barrow, y dos días después, un grupo regresó al lugar… pero el barco ya no estaba. Aunque lo hallaron días más tarde, a varios kilómetros de distancia, volvió a desaparecer en noviembre, después de una fuerte tormenta. Fue encontrado otra vez, esta vez a más de 70 kilómetros del punto anterior, flotando libremente.
Ante la imposibilidad de mantenerlo bajo control, el capitán decidió extraer los objetos de valor y abandonarlo, creyendo que se hundiría con el deshielo. No fue así. El Baychimo quedó atrapado en un ciclo de navegación errática: flotaba en verano y se congelaba en invierno. Durante los siguientes 38 años, fue avistado en múltiples ocasiones.
En 1932, un hombre llamado Leslie Melvin abordó el barco y tomó parte de su carga. En 1933, un grupo de esquimales lo utilizó como refugio. En 1939, el capitán Hugh Polson intentó remolcarlo sin éxito, y en ese mismo año hubo tres avistamientos más. Durante dos décadas no se supo nada de él, hasta que en 1962 volvió a aparecer cerca del mar de Beaufort.
El último avistamiento del SS Baychimo ocurrió en 1969, cuando fue visto por la tripulación del rompehielos Manhattanen el Paso del Noroeste. Desde entonces, nunca más volvió a ser localizado.
En 2006, el gobierno de Alaska inició una búsqueda formal del barco, con la esperanza de encontrarlo en el fondo del mar y cerrar así el misterio. Tras años de exploración sin resultados, la búsqueda fue oficialmente cancelada.
Hoy, el SS Baychimo permanece como una de las leyendas marítimas más desconcertantes del siglo XX: un barco que se negó a hundirse, navegando a la deriva por casi cuatro décadas y desafiando todas las explicaciones lógicas.