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¿Qué hacer cuando se muere tu perro?

Cuando llevamos un perro a casa, pensamos en las cosas divertidas que haremos con él, en su entrenamiento, alimentación o cuidados que merece, pero no solemos pensar en el momento de la muerte. No es solo una mascota, se convierte en un integrante más de la familia y en eso se convierte en la perdida de un ser querido.

Es posible que la pérdida de tu perro sea uno de los momentos más tristes y difíciles de tu vida. Seguramente querrás estar a su lado en los últimos momentos, acariciándolo y hablándole con voz suave la despedida es in momento muy importante, así como el tiempo de duelo que tendrás que atravesar.

Además de los factores sentimentales, tendrás que hacerte cargo de una serie de trámites legales que, aunque estén llenos de dolor, son necesarios.

En este artículo, vamos a tratar de abordar los aspectos emocionales y administrativos que aparecen cuando se muere nuestro perro.

De esta forma puedes tratar los restos de tu mascota

Aunque pueda parecerte extraño, asegúrate de que tu perro está muerto realmente. Es posible que haya tenido un paro cardíaco y puedas reanimarlo, o que esté muriéndose, con la respiración muy débil y muy quieto, pero aún esté vivo.

Utiliza guantes para manipular el cuerpo de tu perro, ya que al morir se liberan fluidos corporales. Tal vez desees limpiar las zonas alrededor de la boca, los genitales y el ano. Es posible que se liberen más fluidos y desechos corporales al mover el cuerpo.

Aunque sin duda será doloroso, es importante que hagas esto cuanto antes, ya que el rigor mortis (endurecimiento de las articulaciones) suele comenzar entre 10 minutos y 3 horas después de la muerte y puede durar hasta 72 horas. La temperatura afecta a este proceso, que será más rápido si hace mucho calor. La velocidad de descomposición también se ve afectada por la temperatura.

Desliza una bolsa de basura bajo tu perro, para recoger los fluidos corporales. Coloca a tu perro de lado, como si estuviera durmiendo. Te dará una sensación más natural y facilitará la manipulación del cuerpo.

Busca una manta, toalla o sábana lo suficientemente grande como para envolver el cuerpo de tu perro. Una vez envuelto, introdúcelo en una bolsa de plástico. Si el perro es grande, tal vez necesites la ayuda de otra persona. Sella bien la bolsa con un nudo o cinta adhesiva o americana.

Los restos de tu perro deben guardarse en un congelador o refrigerador hasta el entierro o la cremación. Lo habitual es que se hagan cargo de ellos en la clínica veterinaria o en el crematorio.

Todo este proceso no debería durar más de 4 ó 6 horas, ya que el olor comenzará a ser intenso, además de constituir un riesgo para la salud.

Si llamas al veterinario, se ocupará de organizar la retirada y eliminación del cadáver.

Si decides que la cremación es lo mejor para tu perro

La cremación o incineración es un proceso mediante el cual el cuerpo de tu perro se transforma en cenizas, que podrás guardar o esparcir en algún lugar especial para tu perro y para ti.

Las fases del duelo tras la muerte de tu perro

La muerte de un perro, como la de cualquier otro ser querido, conlleva un dolor intenso y una explosión de emociones que suelen aparecer en varias etapas.

Aunque existen diversas teorías, que hablan de diferentes etapas en este proceso, posiblemente el modelo más conocido sea el de la psiquiatra Elizabeth Kübler-Ross, que establece cinco fases de duelo. Naturalmente, el dolor es diferente para cada persona y no todo el mundo experimentará estas 5 etapas ni pasará por ellas en el mismo orden.

Las cinco etapas de duelo son:

Negación

El dolor por la muerte de tu perro puede ser una sensación tan intensa que respondas a esos sentimientos negándote lo ocurrido.

Ira

La ira oculta tus emociones y el dolor y puede estar dirigida hacia tu propio perro, hacia otras personas o incluso hacia objetos inanimados. Aunque sabes que el objeto que es blanco de tu ira no tiene la culpa, sus sentimientos son demasiado intensos y se descargarán de esta manera.

Negociación

Durante el proceso de duelo, es posible que te sientas vulnerable e indefenso, y para recuperar el control, atravieses una etapa de negociación, en la que podrías preguntarte cosas como “qué hubiera pasado si…” o “tal vez si yo hubiera hecho esto no se habría muerto”. Se trata de una forma de autodefensa contra la tristeza, confusión y dolor que estás sintiendo.

Depresión

Tras estas etapas de emociones intensas, podría llegar una más tranquila en apariencia, que es la depresión. En estos momentos, eres capaz de asumir la pérdida y tratar de controlarla de una manera más saludable. También es posible que te aísles de los demás para afrontarla.

Aceptación

La aceptación no significa que hayas superado la pérdida de tu perro. Simplemente, la has aceptado y comprendes que a partir de ahora no estará contigo.

No se trata de una etapa feliz y seguramente te sentirás muy diferente, ya que se ha producido un cambio muy grande en tu vida y esto afecta a tus sentimientos.