Arranca un nuevo torneo para el Atlético de San Luis y, como cada inicio de temporada, la ilusión se renueva… aunque esta vez el optimismo viene acompañado de más dudas que certezas. La afición potosina vuelve al estadio con la esperanza de ver al equipo pelear de verdad por un lugar en la liguilla, algo que se ha vuelto una especie de espejismo que se toca una vez sí y otra vez no, pero que nunca termina por consolidarse.
La primera gran incógnita es el banquillo. Guillermo Abascal, el nuevo entrenador, llega con más interrogantes que credenciales sólidas. Dirigió en Europa, sí, pero su trayectoria reciente no despierta demasiada confianza entre los seguidores que ya conocen bien lo que significa improvisar técnicos en la Liga MX. El reto para Abascal será doble: construir una idea de juego competitiva con un plantel limitado y, sobre todo, convencer a una afición que ya no compra discursos fáciles.
Porque tampoco es que se haya reforzado el plantel de manera espectacular. Dos piezas nuevas, Juanpe y Joao son, hasta ahora, los únicos movimientos relevantes en la plantilla. Para bien o para mal, no hubo bajas de peso, algo que se agradece en un equipo que suele sufrir fugas cada verano. Aun así, en una liga donde los planteles cada vez gastan más para pelear arriba, da la impresión de que el Atlético de San Luis se conforma con “competir” y nada más.
Otro punto que debería estar en la libreta de Abascal, y de toda la directiva, es la Leagues Cup, ese torneo binacional que para la mayoría de los clubes mexicanos sigue siendo un trámite incómodo. Hasta ahora, ningún técnico del San Luis le ha dado la importancia que merece, y eso que en tiempos de apretarse el cinturón, un buen papel en la Leagues Cup representa ingresos extra que no caen nada mal. Entre boletos, derechos de televisión y patrocinios, el torneo puede dejarle a San Luis más que una simple experiencia internacional. Quizá este sea el momento de tomárselo en serio.
Mientras tanto, en los escritorios, el presidente Jacobo Payán Espinosa intenta mover fichas para poner a San Luis en el mapa grande. La posibilidad de que la ciudad sea sede de entrenamientos para alguna selección durante el Mundial México-Canadá-Estados Unidos 2026 es una excelente noticia. Más allá de la derrama económica, que no es poca, la proyección mediática para la ciudad y el club sería invaluable. Un Fan Fest de la FIFA, partidos amistosos, la posibilidad de interescuadras con selecciones nacionales… todo suma cuando se trata de crecer el proyecto.
Para rematar, Payán dejó abierta la puerta para fichar a un refuerzo más. No suena a gran bombazo, pero al menos indica que la directiva no ha cerrado del todo la chequera. Falta ver si llega alguien que realmente marque diferencia o si se termina trayendo a un parche más para engrosar la nómina. Así, el Atlético de San Luis arranca otra aventura: con la ilusión intacta, la plantilla corta, un entrenador a prueba y un presidente que sueña con que la ciudad se meta, aunque sea un ratito, en la conversación mundialista.