Atlético de San Luis arrancó esta nueva temporada de manera regular: una victoria ante León y una derrota en casa frente a Rayados, ambas por la mínima diferencia. Los dirigidos por Guillermo Abascal dejaron buenas sensaciones futbolísticas, al menos mientras el físico y la idea les alcanza, pero volvemos a lo mismo de siempre, este equipo tiene un problema de fondo que se repite torneo tras torneo. No hay plantilla suficiente, ni visión de largo plazo.
El once titular funciona, compite y hasta emociona por momentos. Hay una idea, se ve trabajo y, sobre todo, se nota que Abascal intenta hacer jugar bien a sus hombres. Sin embargo, basta con voltear a ver el banquillo para toparse de frente con la realidad: no hay fondo, no hay recambio. El partido contra Rayados lo dejó claro. Abascal hizo cinco cambios, buscó soluciones en la banca y ninguna funcionó. Por si fuera poco, tuvo que debutar a dos jóvenes, uno con menos talento que el otro, las cosas como son, porque simplemente no hay más opciones.
Lo más grave es que esto no es novedad. Se sabe y se entiende que San Luis es un club que vive de vender jugadores para mantenerse en la órbita de la Liga MX. No está mal que se vendan jugadores, así funciona este negocio, pero sí está muy mal que se haga sin planeación. No puede ser que, a días de iniciar la temporada, o peor, con la primera jornada ya jugada, vendas a un jugador clave como Vitinho sin tener un reemplazo de nivel amarrado. Es una falta de respeto a la afición, al cuerpo técnico y a los propios jugadores que se quedan a remar contra corriente.
Para colmo, Vitinho estaba en la lista de convocados para León. Entrenó, se preparó y de la noche a la mañana se fue. Así de improvisado es todo. Y luego la directiva pretende calmar las críticas contratando a defensores de oficio en redes sociales para justificar lo injustificable. Porque la realidad es que, más allá del discurso, la falta de compromiso y seriedad en la planeación deportiva termina por condenar a un equipo que merece más.
Abascal tiene un reto gigantesco: hacer mucho con poco. Si logra competir y mantener al equipo entre los primeros puestos, será un logro personal enorme. Porque ganas y trabajo no le faltan, y se agradece que, al menos, este Atlético de San Luis intente jugar bien al fútbol, algo que pocas veces se dice de los equipos de media tabla para abajo.
Qué lástima por Joao Pedro, un delantero con condiciones para brillar, pero que depende de que alguien le ponga un balón decente. Y si en la banda está Phillipe, Dios Santo, uno se pregunta de dónde va a llegar la pelota. Así es imposible. Por más ilusión que se genere con la buena intención de los primeros partidos, tarde o temprano la realidad alcanza.
La afición merece más. La ciudad merece más. Y el equipo merece una dirigencia que entienda que vender no está peleado con planificar. Porque mientras sigan improvisando, este equipo seguirá compitiendo a medias, dependiendo de milagros y rezándole a Abascal para que haga magia. Las cosas como son.