El Atlético de San Luis no tuvo piedad ni para sí mismo en la reciente Leagues Cup. El equipo potosino fue humillado con una derrota 4-0 ante Portland Timbers, un resultado que resume la realidad dura y sin filtros que enfrenta esta escuadra cada vez que juega en torneos internacionales o de mayor exigencia. Cuatro goles en contra y ninguna respuesta convincente para contrarrestar el juego del rival.
Luego vino el partido contra Real Salt Lake, que terminó empatado a dos goles. Ahí, Andrés Sánchez se vistió de héroe y logró que el equipo consiguiera dos puntos gracias a su espectacular actuación y a la definición en penales. Sin embargo, a pesar de este destello individual, la sombra de la irregularidad persiste.
Si hacemos un balance, Atlético de San Luis no ha ganado un solo partido en la Leagues Cup desde su participación inicial hace tres años, a pesar de haber tenido tres entrenadores distintos. El récord es un reflejo preocupante de la falta de evolución y consistencia. Ni la llegada de Guillermo Abascal ha logrado cambiar radicalmente la historia.
Este torneo también está resultando un dolor de cabeza para otros equipos mexicanos, como el Cruz Azul, que fue goleado 7-0 por Seattle Sounders, mostrando que la dificultad para los equipos nacionales no es exclusiva del San Luis. Sin embargo, para los potosinos esta debacle tiene una connotación especial, porque la historia de fracaso en esta competencia se repite sin cesar.
En lo individual, Joao Pedro brilla como un jugadorazo, un talento indiscutible en la plantilla. Pero, nuevamente, surge el mismo problema de fondo: San Luis no tiene banca. No hay jugadores que puedan relevar al once titular con garantías ni mantener el nivel competitivo cuando las cosas se complican. Esto limita la capacidad de adaptación y desgaste, dos factores cruciales en torneos de este nivel.
Con Abascal, el equipo ha mostrado algunas mejoras en orden táctico y cohesión, pero la falta de recursos y profundidad continúa pesando. Los partidos en la Leagues Cup, con viajes largos y un calendario apretado, han dejado al descubierto que todavía están lejos de poder competir con equipos que tienen mayor solidez y experiencia.
El próximo compromiso será contra Minnesota United, el miércoles a las 6:30 pm, una última oportunidad para que el Atlético de San Luis logre una victoria que al menos deje una sensación positiva. Pero más allá del resultado, la verdadera prueba será cómo regrese el equipo para la Liga MX.
Y aquí viene otro detalle poco justo, la Liga MX ha programado el partido contra Cruz Azul en un lunes, un horario poco convencional y nada atractivo para la afición ni para el equipo. Esto se suma a la evidente desventaja que sufrió San Luis al ser uno de los equipos que más kilómetros tuvo que recorrer en Estados Unidos durante la Leagues Cup. ¿Coincidencia? Dudo mucho que lo sea.
En medio de esta realidad, hay algo que merece reconocimiento: el Atlético de San Luis Femenil. El equipo comandado por Ignacio Quintana logró vencer a Cruz Azul, un rival al que no habían podido superar anteriormente. Esto es muestra de que, cuando se trabaja con enfoque y seriedad, los resultados llegan. Lamentablemente, Adriana Águila, una figura polémica en el club, parece no estar ayudando a que el equipo femenino levante vuelo.
Atlético de San Luis enfrenta una cuesta arriba que parece interminable. La afición, que ha demostrado paciencia y pasión, merece un equipo que dé la talla en todos los frentes. Mientras no haya una estructura sólida, banca real y apoyos institucionales que permitan competir con seriedad, seguiremos viendo más partidos que se pierden por goleada y más torneos en los que el equipo queda en deuda.
Pero la esperanza nunca debe perderse. El desafío está servido y queda en manos del club, el cuerpo técnico y los jugadores demostrar que pueden romper este ciclo y poner en alto el nombre de San Luis.