La tlayuda es uno de los platillos más emblemáticos de la gastronomía oaxaqueña y una joya culinaria que ha trascendido fronteras. Originaria del estado de Oaxaca, esta tortilla de maíz gigante es conocida por su textura crujiente y sus múltiples sabores que combinan ingredientes típicos de la región.
La tlayuda no solo es un alimento, sino una expresión cultural que refleja la riqueza histórica y la diversidad gastronómica de México. El origen de la tlayuda se remonta a tiempos prehispánicos, cuando las comunidades indígenas del Valle de Oaxaca preparaban grandes tortillas de maíz para acompañar sus alimentos.
Su nombre proviene de la palabra náhuatl «tlaoyotl,» que significa tortilla grande, y desde entonces ha sido un alimento básico en la dieta local. Tradicionalmente, se cocinaba sobre comales de barro y se consumía con ingredientes frescos y locales, adaptándose a través de los siglos hasta convertirse en el platillo popular que es hoy.
La preparación de la tlayuda comienza con una gran tortilla artesanal hecha con masa de maíz nixtamalizado, que se cocina en comales a fuego alto hasta que queda ligeramente tostada y crujiente. Sobre esta base se extienden frijoles refritos, quesillo (queso oaxaqueño), carne asada o tasajo, aguacate, salsa, y a veces, verduras frescas como el tomate o la cebolla.