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Triunfa “El Zapata” en la última corrida de feria en la Monumental El Paseo

Los toros de Garfias resultaron desiguales en presentación y juego

Con un casi lleno en la Monumental El Paseo se celebró la última corrida de feria, en la que el gran triunfador fue Uriel Moreno “El Zapata”, al cortar tres orejas tras dos faenas de entrega que prendieron a la afición. La tarde también dejó buenas actuaciones de Arturo Saldívar e Isaac Fonseca, aunque sin trofeos, mientras que los toros de Garfias resultaron desiguales en presentación y juego.

La corrida inició con el rejoneador Emilio Cano, quien colocó dos rejones de adorno y cuatro banderillas, cambiando incluso de caballo para colocar una más. Su labor fue aplaudida por el público. Posteriormente, los forcados potosinos lograron la pega en el segundo intento. Cano bajó a matar, pero se escuchó un aviso tras la estocada.

En la lidia ordinaria, “El Zapata” se mostró entregado desde su primero, que abrió con faroles de rodillas y un vistoso quite, además de colocar él mismo los pares de banderillas. Su faena fue coreada por los aficionados y tras matar de estocada entera, consiguió cortar una oreja. Con su segundo toro, volvió a levantar al público con tres pares de banderillas y una faena alegre y variada. Mató de estoconazo y se llevó dos orejas más, convirtiéndose en el máximo triunfador de la noche.

Por su parte, Arturo Saldívar firmó dos faenas de mérito. En su primero, que inició con un farol de rodillas, fue construyendo una labor de menos a más, pero el juez no concedió la oreja pedida por el público y saludó desde el tercio. Con su segundo, mostró valentía y variedad, con los tendidos entregados, pero tras matar de tres cuartos de espada, la petición de oreja tampoco prosperó.

El más joven de la terna, Isaac Fonseca, dobló esfuerzos al presentarse primero en San Luis de la Paz y después en la capital potosina. En su primer toro, difícil y poco colaborador, se esforzó sin lograr lucimiento y fue despedido con aplausos. Con el que cerró plaza conectó con la afición al iniciar de rodillas y por la espalda, logrando tandas alegres y lucidas; sin embargo, falló al descabellar tras un buen estoconazo y escuchó un aviso, cerrando así una tarde en la que mostró entrega pero sin alcanzar trofeos.